Violencia verbal, la más común en universidad
Burlas, lenguaje insultante, chistes inapropiados, apodos, comentarios incómodos, invitaciones sexuales y amenazas, son las principales formas de violencia verbal dentro de las universidades mexicanas, aseguró la organización civil Unión Mujer.
De acuerdo con la encuesta “Diagnóstico por razón de género en la juventud mexicana”, realizada en siete estados del país entre alumnos de licenciatura, maestría y doctorado, el 87 por ciento de los estudiantes dice sentirse seguro dentro de las unidades escolares; sin embargo, el ejercicio estadístico muestra que al interior existen diferentes tipos de violencia.
Los alumnos aseguran que una de las formas es la violencia psicológica y, dentro de ella, se presentan con más frecuencia los celos, además de la exclusión de actividades, humillaciones, desvalorizaciones y chantaje. Respecto a la violencia social, la divulgación de rumores, discriminación, avergonzar en público y daño a la reputación son las más frecuentes.
Respecto a la violencia física, los fenómenos más comunes son los acercamientos sin consentimiento, golpes, hostigamiento físico, tocamientos no consensuados, besos sin permiso y violación. Además, en el tema digital, los mensajes ofensivos, la divulgación de imágenes personales y generar contenido sexual sin permiso, son los más recurrentes.
Los hombres son quienes agreden más, de acuerdo con la percepción de los estudiantes, mientras que las víctimas son, en mayor medida, las mujeres; sin embargo, la mayoría no denuncia ni enfrenta a sus agresores.
La directora de Unión Mujer, Paulina Amozurrutia, explicó que a pesar de que ocho de cada 10 estudiantes se sienten seguros en las universidades, siguen existiendo tendederos de denuncia contra agresores o violentadores, por lo que, dijo, es necesario atenderlos.
“Los jóvenes al salir de las escuelas tienen miedo de ser agredidos con cualquier tipo de violencia. Dentro se sienten seguros, pero también hay diferentes violencias”, subrayó.
Señaló que si bien las mujeres son las principales víctimas de la violencia, también los hombres la sufren, aunque no denuncian, y uno de cada cuatro la padece.
Además, comentó que, en general, no hay confianza en las autoridades y por ello no se denuncia, aunque precisó que las escuelas sólo son un medio y las autoridades judiciales son las encargadas de dar seguimiento de estos casos.
“En Unión Mujer pedimos a los candidatos que se ingrese en su agenda el tema de la violencia en las escuelas, ya que es un tema que se debe atender inmediatamente. Si bien hay protocolos, no son suficientes”, advirtió.
Adicionalmente, exigió al Gobierno federal generar mayores recursos para fortalecer los protocolos de seguridad para los estudiantes.
En instituciones como el Instituto Politécnico Nacional (IPN) se desarrolló un material gráfico y didáctico al que llamaron “violentómetro”, donde se puede apreciar claramente la escala de la violencia feminicida.
Comienza con un verde tenue, que marca las bromas hirientes, el chantaje, las mentiras y el engaño. Se comienza a pintar de color amarillo con la aparición de los golpes “jugando”, empujones, jaloneos y caricias agresivas, y después pasa al color naranja, cuando a la víctima se le encierra o aísla, se le extorsiona sexualmente o aparecen las amenazas con objetos o armas.
El color rojo intenso ocupa la parte superior, donde las agresiones son más fuertes. Ahí están las amenazas de muerte, forzar una relación sexual, el abuso sexual, las violaciones, las mutilaciones y, por último, el feminicidio.
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