“Quería seguir estudiando; un mejor futuro para su familia”
José Ángel Campos Cantor, aficionado al América y tlacololero de corazón, buscó superarse para darle una mejor vida a su esposa e hijas; sin embargo, la noche del 26 de septiembre del 2014 vio truncados sus sueños y esperanzas a manos del grupo criminal Guerreros Unidos.
“Su mayor pasatiempo era el fútbol y le iba al América. Él quería seguir estudiando, ya que terminó su prepa con puro examen; se tardó un año en entrar a la Normal porque no le entregaban su certificado, pero volvió a intentarlo hasta que lo logró, pues quería darle un mejor futuro a su familia”, explica su esposa, Blanca González.
José Ángel es uno de los 43 normalistas de Ayotzinapa que fueron secuestrados y desaparecidos hace 10 años, pero pese a las exigencias de su familia, siguen sin tener informes sobre su paradero, además, dejó a dos niñas, una recién nacida y otra de ocho años que no lograron convivir plenamente con su padre y que hasta el momento mantienen la esperanza de volverlo a ver.
“Pues para mí ha sido muy difícil, ya que me dejó a cargo de dos niñas que las estoy sacando sola, y a mí se me hace muy difícil porque tengo que trabajar; las he dejado mucho tiempo solas, y con las marchas todo se complica aún más”, explicó a La Razón.
Para la familia no ha sido fácil caminar, protestar, desplazarse a la Ciudad de México, andar sin comer y sin dinero; para buscar a su familiar. Blanca González aseguró que cada día, desde hace 10 años, ha sido muy complicado salir adelante, criar a sus hijas y sobrevivir sola en un trabajo que le demanda tiempo y poca atención para sus hijas.
El padre de José Ángel, el señor Bernardo Campos, decidió ser quien encabezara la lucha y la búsqueda de su hijo; sin embargo, la diabetes que padecía, la hipertensión, las preocupaciones, las caminatas largas, la mala alimentación y la falta de respuestas, comenzó a generar daños en su salud, hasta que finalmente perdió la vida en septiembre del 2021, víctima de Covid-19.
“Él fue quien empezó a andar, pues me dijo que estaría atento para que yo atendiera a las niñas, pues en su momento una tenía un año de edad y la otra estaba recién nacida. Además, me puse a trabajar por la situación que estábamos pasando y que teníamos que afrontar”, explicó Blanca González.
Las marchas constantes comenzaron a generar heridas en los pies a Bernardo Campos, al grado que se le generó pie diabético y posteriormente una fuerte infección que lo obligó a dejar la lucha.
La Razón lo entrevistó la última vez que llegó a la capital del país y, con rostro perdido, contó que sus esperanzas se iban, así como su salud, por lo que pidió a Dios en ese momento que le diera fuerzas para poder ver a José Ángel una vez más.
“Él me daba esperanza, nos decía que tuviéramos esperanzas, porque andaba en la lucha para que regresara; nos daba ánimos y desgraciadamente dio la vida por encontrarlo y así falleció”, rememoró Blanca González.
El 3 de septiembre del 2021 falleció Bernardo Campos, El Tío Venado, como se le conocía en su pueblo, por complicaciones de Covid derivadas de las enfermedades que padecía (diabetes y úlcera gástrica); incluso, tuvo que abandonar su trabajo en la construcción y dejar su casa en obra negra, dejando su sueño de terminarla.
El padre de José Ángel se unió a otros que perdieron la vida en la búsqueda de sus hijos, como Saúl Bruno Rosario, padre de Saúl Bruno García; Tomás Ramírez Jiménez, padre de Julio César Ramírez Nava, y Minerva Bello Guerrero, madre de Everardo Rodríguez Bello.
Blanca González dijo que cada 26 de septiembre acuden a las marchas y la herida que tienen aún sigue abierta, “no sabemos si están vivos o no; es muy doloroso, pero tenemos que salir adelante de cualquier manera”, concluyó.
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