Anuario: Representación de mujeres en el poder cobró fuerza en 2023
La relevancia del rol de las mujeres en la vida pública del país cobró particular fuerza este 2023, año en el que asumieron las principales posiciones en el poder, al colocarse al frente de los principales órganos directivos, tanto en la cúpula del Poder Judicial como en el Legislativo, y se inició la ruta para que en el 2024 México tenga la posibilidad de ser gobernado por la primera presidenta en su historia.
El 2 de enero, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) rindió protesta la actual presidenta Norma Lucía Piña Hernández, la primera mujer en presidir el máximo tribunal del país.
En un año que se ha marcado por las presiones del Presidente Andrés Manuel López Obrador hacia la Corte, Piña Hernández ejerció el liderazgo para el que fue designada, el cual ocupará hasta el 31 de diciembre del 2026.
Su llegada a la presidencia de la SCJN fue en reemplazo de Arturo Zaldívar, quien, además, el 7 de noviembre pasado anunció su renuncia al alto tribunal a través de sus redes sociales, en las que compartió que se sumó al proyecto de nación de Claudia Sheinbaum.
Al rendir protesta, Piña Hernández reconoció que el asumir este cargo representa a las mujeres y su nombramiento también, dijo, rompe el techo de cristal.
“La representación que se me encomienda tiene una doble dimensión, una doble responsabilidad; los representa a ustedes, ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consejeras y consejeros de la Judicatura Federal, al mismo tiempo, al ser la primera mujer que preside este máximo tribunal. Represento también a las mujeres; a nuestro nombre, les agradezco la congruencia a mis compañeras y compañeros; reconozco la importantísima determinación de la mayoría de este tribunal pleno, de romper lo que parecía un inaccesible techo de cristal.
“Me siento acompañada, respaldada, acuerpada por todas ellas, por todas nosotras. Me siento muy fuerte, porque sé que estamos todas aquí, nos colocamos por primera vez al centro de la herradura de este tribunal pleno, demostrando y demostrándonos que sí podemos”, expresó.
Su discurso estuvo enfocado en la lucha que han dado las mujeres que finalmente, dijo, lograron arrinconar la cultura patriarcal que aún prevalece en el país.
“Agradezco a las que siempre han creído, a las que no se han cansado de intentar cambios que poco a poco arrinconan nuestra cultura patriarcal; honro, en este momento, a las que ya no están. Trabajaremos, nos esforzaremos todos los días por una sociedad más justa, más igualitaria, sin violencia contra las mujeres —ése un anhelo—, que no les quepa duda”, remarcó.
Piña Hernández tuvo un año complejo, ya que la Suprema Corte recibió diversas controversias para frenar cambios en normas impulsadas por el Presidente López Obrador, como la Reforma Electoral.
Además de los señalamientos en su contra desde Palacio Nacional, la primera presidenta de la SCJN soportó hasta protestas en contra de la Corte, que incluyó la quema de una piñata con su figura, así como diversas consignas en su contra.
También en el Poder Legislativo, las mujeres tomaron el poder con la llegada a la presidencia del Senado de la morenista Ana Lilia Rivera, mientras que en la Cámara de Diputados la presidencia la encabeza la priista Marcela Guerra.
Después de que los últimos relevos en la Cámara alta habían sido motivo de conflicto, por la falta de acuerdos en la bancada mayoritaria de Morena, Rivera concitó los apoyos necesarios para ser designada al frente de la Mesa Directiva.
“Visualizo al Senado como un organismo plural y diverso, pero unido en su compromiso de servir al pueblo de México, con una visión que va más allá de las diferencias internas y de las fricciones partidistas”, manifestó la actual presidenta de la Cámara alta, al rendir protesta el 31 de agosto.
En la misma fecha, en San Lázaro, la priista Marcela Guerra se comprometió ante los 500 diputados a hacer de su representación “una presidencia invariablemente, que actuará con imparcialidad y el respeto a la pluralidad que la ley manda”.
La llegada de la política de Nuevo León a la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara baja ocurrió después de la polémica que se dio en torno al liderazgo que encabezó Santiago Creel, porque la oposición lo acusó de aprovechar su cargo para promover, en ese momento, sus aspiraciones presidenciales.
Y es precisamente a partir de los procesos internos de los dos principales bloques de partidos que contenderán por la Presidencia de la República en 2024, que se perfila la llegada, por primera vez, de una mujer a la silla presidencial.
Después de un proceso entre corcholatas, Claudia Sheinbaum, la única mujer que contendió para el cargo, fue la mejor posicionada, con el 39.4 por ciento de las preferencias, por lo que Morena y sus aliados la eligieron como su abanderada presidencial, el 6 de septiembre.
Tres días antes, en el bloque opositor del PAN, PRI y PRD, también se definió, después de un proceso interno en el que participaron 13 aspirantes, que Xóchitl Gálvez fuera su representante en la contienda por la silla presidencial. Gálvez Ruiz incluso reunió a sus simpatizantes en un evento especial en el Ángel de la Independencia, donde formalizaron su designación.
Las ahora precandidatas presidenciales sólo son la cabeza de una participación histórica de las mexicanas en los procesos electorales, ya que de los más de 20 mil cargos de elección popular que se renovarán, los partidos deberán considerar que al menos la mitad de las posiciones deberán ser para mujeres.
De hecho, el reforzamiento de estas medidas de paridad comenzó con la definición del Instituto Nacional Electoral (INE), el cual determinó que, de las nueve gubernaturas que se elegirán en el 2024, deberán postular mujeres en cinco casos.
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