Hay muchos que piensan que la cancelación de la ceremonia del Grito equivale al reconocimiento del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, de que la situación que se vive en esta entidad ya lo rebasó. Y es que ayer se cumplieron cuatro días consecutivos de violencia en la ciudad de Culiacán y algunos municipios y comunidades cercanas. Ejecuciones, levantones, ataques armados a casas y negocios, han sido el pan de cada día en lo que va de esta semana. Los comerciantes establecidos arrastran cuatro días de pérdidas, pues no han podido abrir sus negocios y además de la capital, ciudades como Elota, Cosalá y San Ignacio, permanecieron como pueblos fantasma debido a que la gente prefirió permanecer en sus casas por temor a sufrir alguna agresión. No deja de ser sintomático, nos dicen, que los mayores actos de violencia se presenten en el corazón del estado, en donde despacha el gobernador, que en sólo cuatro días quedó nulificado.
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