Nos cuentan que muchos recordaron ayer el berrinchazo que hizo Gerardo Fernández Noroña, cuando exigía que le dieran un buen cargo por haber figurado entre los precandidatos a la Presidencia por la 4T. Lo habían bateado porque, se explicó entonces, participó como propuesta del Partido del Trabajo y no de Morena. Y recordaron el episodio, porque resulta que al final sí consiguió un cargo y no menor: será el presidente del Senado de la República. El legislador ha dicho a periodistas que le preguntaron sobre su rijosidad que en el nuevo encargo se conocerá una faceta distinta de él y prometió que será incluyente. A Noroña se le verá en los próximos días y meses moderando los debates en la Cámara alta, donde tendrá que ser capaz de guardar mesura. Sobre todo, ante quien ya ha advertido, literalmente, que le hará la vida de cuadritos: la panista Lilly Téllez, que, para empezar, lo ha tildado de pandillero, hablador, mentiroso y grosero. Uf.
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