Quien se vio muy mal fue el presidente municipal de Huehuetlán, San Luis Potosí, Ramón Martínez Avitud, al ordenar a su gente agredir a elementos de la Guardia Civil estatal que intentaban revisar su camioneta. Los uniformados detectaron que el vehículo presentaba impactos, al parecer de arma de fuego, y procedieron a una inspección. Pero el alcalde morenista encaró a uno de los oficiales y se negó a la revisión. Tras un breve y ríspido diálogo, los policías optaron por retirarse, pero el alcalde les dijo: “No, aguántenme” e hizo señales con la mano a sus colaboradores para que se acercaran y hostigaran a los guardianes del orden. “No los quiero volver a ver por aquí”, les gritó, mientras uno de sus ayudantes intentó abrir la puerta de la patrulla. Los policías no cayeron en la provocación y se marcharon. El gobernador Ricardo Gallardo, nos dicen, ha realizado una importante labor de prevención del delito, pero hay ciertos alcaldes que no ayudan, sino todo lo contrario. Uf.
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