Ésa fue la pregunta que varios senadores, tanto morenistas como opositores, se hicieron ayer en la vieja casona de Xicoténcatl, donde —a causa de las protestas de los trabajadores del Poder Judicial—, se procesó la solicitud de licencia que presentó Marcelo Ebrard para separarse del escaño que asumió hace apenas una semana. Y se lo preguntaron, nos aseguran, porque daban por hecho que participaría en una de las votaciones que, desde ya, se anotan como de las más importantes del sexenio: la de la reforma al Poder Judicial. La otra consideración que se hicieron, nos dicen, es que aún faltan cuatro semanas para que asuma su nuevo cargo como secretario de Estado, al frente de la cartera de Economía. Por lo pronto, Ebrard dio cuenta de que en estos momentos anda a muchísimos kilómetros de distancia del Senado. Está en Roma, Italia, en reuniones con funcionarios de ese país, publicó en las benditas redes.
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