El que tiene encima las miradas luego del ataque a balazos que provocó la muerte a Héctor Melesio Cuén, es el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya. Y es que en la entidad, nos comentan, no ha podido pasar de largo el hecho de que al expresidente del Partido Sinaloense, como él mismo denunció, se le retirara la seguridad con la que contaba poco tiempo antes de ser agredido a tiros. Y más de una ceja sigue levantada ante la versión, predominante hasta ahora, de que al exrector de la UAS le querían robar un vehículo. Así que en medio del complicado escenario, el mandatario estatal apareció para pedir a la Fiscalía General del Estado dar resultados. La fiscalía, a cargo de Sara Bruna Quiñonez, ha señalado, por su parte, que no descarta a priori ninguna línea de investigación en el crimen de quien fuera uno de los principales adversarios políticos del gobernador.
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