Y resulta que en tiempos de supermayorías legislativas y reforma judicial, en la oposición andan muy desconfiados de sus propios pasos o para ser más claros en los que pudieran dar quienes fueron sus aliados electorales. Y es que, nos comentan, ya hay advertencias de no entregar sus votos a Morena en las reformas que se avecinan en el Congreso. Hasta ahora se perfila que la 4T tenga mayoría en Diputados, pero en el Senado le faltarían dos o tres votos para tener la mayoría calificada. Por ello, nos aseguran, en la oposición alistan una campaña para que, en esos casos, haya mucho escrutinio público, como el que Morena desplegó en meses pasados contra opositores por votar en contra de la reforma eléctrica. La realidad, nos dicen quienes se mueven en la entraña opositora, es que hoy más que nunca este bloque se encuentra dividido a pesar de que hasta hace dos meses eran férreos socios. El tema de fondo es que hoy cada quien deberá velar por sus propios intereses para asegurar su supervivencia, aunque para ello tengan que buscar otro tipo de alianzas. Pendientes.
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