Familiares de mineros esperan milagro
“Sabemos lo que es y las horas que han pasado, pero todavía tenemos fe en que estén vivos… Mucha gente dice que hay que hacernos fuertes y asimilar que ya pasó algo, pero nosotros, como familia, esperamos el milagro”, dijo Juana Tijerina, hermana de uno de los 10 trabajadores que quedaron atrapados en la mina de carbón que colapsó en Sabinas, Coahuila.
Las esperanzas de que Hugo, su familiar, y los demás mineros, sean rescatados con vida tras 34 horas —al cierre de esta edición— de labores cumplidas, dependen de la capacidad que las bombas de succión instaladas tengan para desahogar el agua que inundó el área donde ellos trabajaban, en el momento en que la mina El Pinabete se venció.
La jornada de ayer transcurrió sin la certeza de que en el pozo se encuentren sólo 10 personas y que, además, éstas sigan con vida, aunque autoridades, compañeros de los mineros y sus familiares esperan que los trabajadores se encuentren resguardados en los denominados espacios de respiro.
Al ser una mina de pozo, su estructura vertical presenta determinadas particularidades que requieren la operación de equipos y estrategias de rescate diferentes a las aplicadas en el 2021, cuando el colapso de otra mina en el estado cobró la vida de siete hombres, refirió el gobernador Miguel Ángel Riquelme, quien señaló que las condiciones del espacio en el que los trabajadores se encuentran atrapados son desconocidas, debido a que los planos no están actualizados.
En la jornada de ayer, las labores implicaron la utilización de barrenos para perforar la superficie y así poder introducir bombas sumergibles de alta capacidad, con las que se extrajo el líquido.
De acuerdo con la última precisión de la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, la altura del agua descendió de 34 a 23 metros de altura.
Hacia las cinco de la tarde, las autoridades estatales ya contaban con ocho bombas especializadas y, por la noche, la secretaria del Trabajo del estado, Nazira Zogbi, rindió el último informe del día, del cual sólo se desprende la llegada de 13 nuevas bombas enviadas por autoridades de estados como Querétaro y San Luis Potosí.
En el mensaje que brindó la acompañaron dos trabajadores de las minas, quienes forman parte del equipo técnico y que externaron la esperanza de poder acelerar el bombeo del agua con los nuevos equipos, pues reconocieron que el avance ha sido lento.
En el reporte, las autoridades estimaron que será este viernes cuando el equipo de buzos pueda ingresar a la zona; sin embargo, esto dependerá del avance en la extracción del agua.
A los esfuerzos se sumaron más de 260 elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de la Guardia Nacional, Secretaría de Marina, Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), junto a autoridades del estado y del municipio.
Debajo de unas carpas blancas que fueron instaladas alrededor de la zona, la cual permanece acordonada y vigilada, familiares y amigos de los mineros se mantuvieron en espera de recibir informes.
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