Este es el curioso origen del papel picado que se usa para el Día de Muertos
Es verdad que China puso el papel, pero los mexicanos le agregamos la creatividad y ahora, el papel picado es uno de los elementos que no pueden faltar en una de las celebraciones más importantes que tiene México: el Día de Muertos.
El origen del papel picado data del siglo XIX y para entenderlo, te contaremos la historia de cómo se volvió un imprescindible en estas épocas en las que los mexicanos celebramos a la muerte a través de sabores, colores, olores y sí, mucho papel.
La historia nos remonta a China, en el siglo XIX, en donde comenzó a importarse el papel de colores como blanco o negro. Ese papel, era llevado a Europa y de ahí, llegaba a México. Al no encontrarle un uso real, la realidad es que no se vendía para nada en nuestro país.
Las grandes haciendas lo vendían a través de las tiendas de raya, pero al no ser un producto que se consumiera, los peones eran obligados a adquirir los pliegos de papel para darles un uso. En China, ese papel se utiliza para crear arte -recordemos tan sólo a la papiroflexia, por ejemplo- así que el papel era cortado en distintas formas, para crear trozos de papel de diversas estructuras.
Fue entonces que en Puebla, en Huixcolotla, el lugar al que más llegaba el papel de China, los peones aprendieron a cortar el papel en figuras artesanales: desde calaveras, hasta flores, frutas o letras. Fue entonces que al ver que eran muy bonitos y servían para adornar, comenzaron a producir el papel picado en grandes cantidades.
Sitios especializados como México Desconocido, refieren que para los primeros años del siglo XX, el papel picado ya se vendía en grandes cantidades en Puebla y en Tlaxcala, lugares desde comenzó a comercializarse hacia la Ciudad de México. Ahí se utilizó en distintas localidades -como los mercados, por ejemplo, en donde lo usan para adornar las entradas o los techos- y se usaba también en las fiestas patrias.
Sin embargo, fue en el Día de Muertos en donde comenzó a tener un simbolismo más especial, algo más enfocado a lo semiótico y a lo espiritual de este día. El papel picado emula al viento, conformando entonces un elemento de los cuatro que integran los altares para recordar a los seres que ya no son terrenales.
Al día de hoy, el papel picado es Patrimonio Cultural del estado de Puebla, convirtiéndolo además en un elemento de la cultura mexicana que ha servido para montar exposiciones a nivel internacional.
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