Enfrenta desertificación y sequía 43% del territorio
En México 43 por ciento del territorio enfrenta el problema de desertificación y sequía, además que, 128 millones de hectáreas se encuentran en el olvido, de acuerdo a especialistas.
Para el ingeniero agrónomo de la Universidad de Colima, Sebastián Armendáriz Gómez, el problema de la desertificación y la sequía en México no ha cobrado “gran importancia en la agenda desde hace varias décadas”, dijo que en México hay 43 por ciento de territorio en sequía extrema, lo que afecta 128 millones de hectáreas “que están en el olvido y junto con ellas sus trabajadores”.
En conmemoración del Día Internacional de la Desertificación y la Sequía, el especialista dijo que México enfrenta tres grandes retos, “que honestamente no sé si alcanzaremos a verlos realizados: la falta de agua, el enfrentamiento al cambio climático inminente y la falta de políticas que ayuden a paliar problemas medioambientales”.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 (Inegi, 2022), —el más actualizado en el tema—, en las tierras secas de México habitaban 33.6 millones de personas, que equivalían al 30 por ciento de la población del país. De ellas, 18.1 por ciento radicaba en localidades rurales y 81.9 por ciento en localidades urbanas.
En México las zonas muy áridas y áridas se concentran principalmente en Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua y Sonora; las zonas semiáridas de Sonora y el Altiplano; y las zonas subhúmedas secas de Campeche y Yucatán, el golfo de México y las costas del océano Pacífico desde Sinaloa hasta Chiapas.
El ingeniero señala que la principal causa de ese impacto ambiental, “son el uso de prácticas agrícolas inadecuadas, la mayoría heredadas por nuestros antepasados, pero que no son apropiadas, éstas van desde el riego excesivo, falta de prácticas de conservación de suelo y agua, sobrepastoreo, deforestación, sistemas de irrigación inapropiados y la urbanización no planeada”.
Además “las precipitaciones y el almacenamiento de agua presentan tendencias negativas y tal vez, en un futuro, tendríamos que hablar de aridez o desertificación”, expuso Saúl Arciniega Esparza, académico de la UNAM.
En un foro celebrado este fin de semana en la máxima casa de estudios, Arciniega Esparza alertó que tanto la precipitación como el almacenamiento de agua presentan tendencias negativas y tal vez, “en un futuro, no tendríamos que estar hablando de sequías, sino de aridez o desertificación, según los factores que intervengan, pero una vez que entremos en ello será un periodo difícil de regresar a las condiciones anteriores”.
Además, señaló que, en México, históricamente se han experimentado sequías a partir de 1984, y en los últimos 14 años “la más severa fue en 2011 y 2012, la cual se prolongó durante dos años; posteriormente, en 2016 y 2017, prevalecieron periodos secos, aunque sin tanta intensidad, como hasta ahora”, lo que indica que la precipitación promedio en esas fechas estuvo por debajo de lo esperado, señaló.
Por su parte, don Eusebio Matías, trabajador del campo en el estado de Michoacán dijo que “yo llevó 30 años trabajando la fresa, el melocotón y el blueberry, pero se ha dado mucha pérdida por la sequía, hay programas que tiene el Gobierno, pero no son para todos, aquí hemos perdido mucho sobre todo porque el agua que hay se la quedan unos pocos, y cada vez la lluvia es más escasa”.
“Han venido personas a capacitarnos para regar con menos agua, pero todo eso cuesta, y por eso mejor mucha gente que se dedicaba al campo se fue para Estados Unidos, porque de plano ya no hay para meterle, allá te contratan y pues al menos recibes un sueldo, pero nosotros que ya somos personas grandes, no podemos andar viajando o cruzando tan fácil, y en mi caso pues ésta es la tierra que trabajaron mis abuelos, mis padres y no me gustaría dejarla, pero está seco, todo seco”, dijo.
La desertificación y la sequía son problemas agudos en México que generan pobreza, afectan especialmente a los grupos vulnerables, sobre todo en zonas rurales, y ocasionan pérdida de tradiciones culturales; por ello, es necesario tomar conciencia sobre la situación e implementar acciones claras para preservar la salud de los suelos, consideró el experto de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Gustavo Mercado Mancera.
“Cuando abordamos estos temas con los tomadores de decisiones les gusta más hablar de sequía, porque brindan apoyos en una temporada. Sin embargo, en más de 40 por ciento del país tenemos aridez y semiaridez, y ésa es una condición permanente”, expresó.
El profesor de Agrometeorología en la máxima casa de estudios recordó que las actividades humanas generan que estos fenómenos se exacerben y causen miles de muertes a nivel mundial por desastres naturales relacionados con falta de agua y migración. Por ejemplo, durante la sequía del 2010-2011 fueron más de 70 mil cabezas de ganado en México y hubo gente que emigró a Estados Unidos.
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