Nos comentan que la prisa de las cúpulas de Morena por blindar la reforma judicial mediante la “supremacía constitucional”, obedece a que tienen información en el sentido de que es muy probable que la Suprema Corte de Justicia de la Nación invalide —por mayoría de votos de ocho ministros— la elección de impartidores de justicia prevista para el próximo año. Y que la definición se estaría dando antes de diciembre, cuando termina el mandato de Luis María Aguilar Morales, cuyo voto es clave para frenar la enmienda. Se entiende entonces el apresuramiento, aunque lo alarmante era que en esa intentona de blindar la reforma judicial, Morena iba a dejar desprotegidos los derechos humanos y hasta a zafarse de acuerdos internacionales. Esa parte se eliminó finalmente de la iniciativa, aunque han quedado otros aspectos que no dejan de preocupar a juristas y políticos de oposición. El caso es que el blindaje camina y todo indica que quedará consumado la próxima semana. Por lo pronto, pendientes.
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