Acusan a IP de acaparar el 25% del vital líquido
La distribución del agua no es equitativa ni proporcional en el país y hay sectores de la población que acaparan el recurso, al ser grandes consumidores del líquido, reclamaron activistas y vecinos.
Yazmín Benítez, lideresa del comité vecinal Por los tuyos, que defiende el agua en colonias populares en la alcaldía Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México, aseguró que el sector de la construcción es responsable del 16 por ciento del consumo del líquido en el país, mientras que nueve por ciento de las extracciones del recurso, de fuentes naturales, es destinado al sector industrial y se emplea en la producción de concreto, sin tomar en cuenta al ciudadano.
“El problema del agua está relacionado no sólo a las bajas en las presas; se trata de un problema de corrupción del Gobierno con empresas. Nadie debemos ser indiferentes ante este problema y, por ello, nosotros nos apegamos a las recomendaciones de cuidados del agua, pero cuando vienen y hacen plazas cerca de nuestras colonias, ¿a poco eso no tiene consecuencias?
“Aquí vinieron a poner, según, el acuario más grande de Latinoamérica, a unas cuadras; desde entonces, el problema del agua, que ya existía, fue peor. Hemos protestado, cerrado las avenidas, pero pesa más el dinero de esas megaconstrucciones”, lamentó.
Recientemente, la Asamblea Vecinal contra las Megaconstrucciones marchó desde las oficinas de la Secretaría del Medio Ambiente capitalina al Antiguo Palacio del Ayuntamiento, para pedir mayor regulación en el manejo hídrico, así como cancelar las concesiones de explotación a privados, sobre todo en zonas de pueblos originarios de Xochimilco.
Para Rubén Ramírez, autoridad tradicional de Santa Úrsula Coapa, en la capital, no sólo se está atentando contra el agua, sino con los derechos fundamentales del ser humano, pues advirtió que llegará un momento en que los grandes pleitos sean por obtener el líquido.
De acuerdo con Ramírez y los vecinos del pueblo de Santa Úrsula Coapa y San Lorenzo Huipulco, las concesiones a privados que existen pueden explotar hasta 470 mil litros, mientras que las casas habitación dependen del suministro a través de pipas, que en ocasiones escasean y últimamente comienzan a elevar los precios ante la demanda.
“Estamos pagando el recibo del agua y además, una pipa de agua, o sea que vamos a pagar doble, mientras que esas empresotas, donde colocan plazas o nuevos fraccionamientos o incluso nuevas empresas, representan la disminución del líquido para nosotros y no vamos lejos, sabemos que los dueños de esas empresas a veces ni agua pagan”, dijo el líder vecinal.
Añadió que colonos señalan que, a pesar del reciente anuncio de un nuevo proyecto en el Estadio Azteca, las concesiones de dos pozos de agua siguen vigentes.
En una explicación de por qué es alto el consumo de agua en las grandes construcciones, el ingeniero civil “Saldívar”, egresado del Instituto Politécnico Nacional –quien prefirió no dar su nombre para evitar represalias en su trabajo–, dijo a La Razón que de todos los materiales que se emplean en la construcción, el concreto es el que más se utiliza en el planeta debido a sus bajos costos y facilidad de uso, y éste debe ser tratado con agua.
“Lo más recomendable para utilizar en la construcción civil es el uso de agua potable. Este tipo de agua también se suele usar para la fabricación del cemento, debido a que carece de impurezas que dañen o modifiquen las propiedades internas del mortero, que podrían ser perjudiciales en la construcción”, expuso.
Además, de acuerdo con la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) federal, el sector de la construcción en México es responsable del 50 por ciento de las emisiones contaminantes que se registran en el país.
Saldívar explicó que una construcción promedio, por ejemplo de una plaza comercial o un complejo habitacional, al momento de su construcción consumirá 810 mil litros de agua potable en ocho meses de construcción y 90 mil litros al mes durante su operación.
“La captación de agua pluvial para los pozos de una colonia, pueblo o localidad se verá amenazada por la construcción de 14 a 18 mega cisternas, afectando el abastecimiento de pozos que surten al común de la población. Además, durante la construcción, se esperan alrededor de 100 camiones de volteo diarios, generando colapsos viales. Una vez operativa, la obra contribuirá con 101 cajones de estacionamiento y hasta 250 personas trabajando diario, multiplicando el tráfico, la contaminación, el ruido y, por supuesto, el uso del agua”, refirió el ingeniero.
La abogada ambientalista Anaid Velasco, del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, afirmó que “hay dos tipos de megaproyectos: de infraestructura y extractivos; los primeros se refieren a instalaciones que facilitan la capacidad operativa del país y mejoran las condiciones de vida de la población, como carreteras y hospitales; los segundos se caracterizan por estar enfocados en la explotación de la naturaleza y en favorecer el desarrollo de economías con enclaves, pero no en fomentar cadenas productivas regionales.
“En la actualidad, el Gobierno de México tiene en su agenda mil 600 proyectos y megaproyectos a realizarse en los que, por supuesto, el papel de la extracción del agua juega un papel que nos debe dar responsabilidad conjunta”, dijo Velasco.
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