La crisis del agua pega a negocios y piperos hacen su agosto en CDMX
Carolina tiene una purificadora en la colonia Ampliación Providencia de la alcaldía Gustavo A. Madero. Recientemente su proveedor de agua aumentó sus precios, lo que la tiene preocupada, ya que teme que la situación derivada de la crisis hídrica empeore y su negocio se vea afectado todavía más.
La mujer, quien es cabeza de su hogar y tiene dos hijos menores de edad, compartió con La Razón: “Este mes me subieron las pipas 200 pesos, compro cuatro al mes, es un gasto de 800 pesos más, la gente se molesta porque yo subo mis precios y ya he perdido clientes”.
Consideró que muchos proveedores de agua “están sacando provecho” de la crisis por el abasto y comienzan a abusar y a subir muchos sus precios.
Los datos parecen darle la razón a Carolina. El año pasado, con corte al 27 de enero, el precio promedio de las pipas de diez mil litros —las más comunes— en la Ciudad de México era de mil 180 pesos, de acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Ya desde entonces, la dependencia federal había ubicado a la Ciudad de México como la segunda entidad federativa de la República con el precio más alto en las pipas de agua.
Actualmente, según una investigación realizada por este medio, el precio mínimo de una pipa de la misma capacidad es de mil 900 pesos; es decir 61 por ciento más que el promedio del año pasado.
Pero en la mayoría de las empresas los precios son más elevados y llegan hasta los dos mil 500 pesos, 111.8 por ciento más que el costo promedio del 2023.
Y si el servicio se pide de alcaldías con problemas, como Iztapalapa, Gustavo A. Madero o incluso Miguel Hidalgo, los proveedores advierten que habrá un costo extra, con el argumento de que “ciertas ubicaciones salen de nuestra zona”.
A los abusos se suma el hecho de que las empresas de pipas también empiezan a padecer la escasez. En cuatro compañías consultadas respondieron que no tenían agua disponible. “Tendría que llamar al rato para ver si ya hay disponibilidad”, “Sí se la llevamos, pero llegaría mañana o pasado…tal vez”, “Por el momento no tenemos pipas de la capacidad que usted quiere y no sabemos cuándo habrá”, fueron respuestas recurrentes.
María Fernanda se vio obligada a cerrar durante dos días su lavandería, en la calle Leal de la colonia San Juan Joya, en Iztapalapa, debido a que no encontró quién le llevara agua. Sólo consiguió el servicio cuando aceptó que la apuntaran en una lista de espera.
Compartió: “Nunca había tenido la necesidad de anticiparme a pedir pipa, siempre la pido y la traen a lo mucho un día después, pero esta vez me dijeron que no había, debido a la demanda”.
La mujer buscó opciones para no desatender el negocio; sin embargo, cuando consultó con otros proveedores se percató de que el costo era más alto.
Indicó: “Los precios que me daban otros piperos era de casi mil pesos más a lo que yo pago; en vez de trabajar y ganar, iba a trabajar y a perder, de plano el día no me iba a salir, así que esos días que cerré el negocio tuve que sacar el guardadito y chiquitearlo, porque no hay certeza de lo que venga después”.
La dueña del pequeño establecimiento expresó que se siente preocupada, pues en caso de que la crisis hídrica se agudice tendrá que pensar en otro trabajo, o en dedicarse a otro negocio, para poder solventar sus gastos.
“Uno nunca piensa en situaciones tan extremas, honestamente creí que esto del desabasto iba a ser cosa de unos días, como en otras ocasiones, pero al parecer todo va empeorando”, contó.
Por un lado, expresó María Fernanda, hay más clientes, pero por otro, no tengo los recursos para abastecer de agua a la lavandería, “entonces los clientes se van y de cualquier manera, es pérdida”.
La crisis del agua también ha empezado a afectar a usuarios de instalaciones muy específicas, como los deportivos y albercas privadas.
En un gimnasio ubicado en la calle Agricultura de la colonia Federal, alcaldía Venustiano Carranza, ya prohibieron a los afiliados bañarse en el lugar, debido a que el establecimiento no tiene suficiente abasto de agua.
Josué es usuario del gimnasio Sports World, ubicado sobre la avenida Miguel Ángel de Quevedo, en la alcaldía Coyoacán. El joven eligió este centro deportivo porque cuenta con alberca de uso libre; sin embargo, advirtió que en caso de que se restrinjan actividades o servicios, cancelará su suscripción.
“Se escucharon rumores de que posiblemente se iba a suspender el uso de la alberca durante algunas semanas o meses dependiendo como progrese la crisis, hasta ahorita no han hecho nada oficial, pero en caso de ser así, no tiene caso que siga pagando”, sostuvo.
Dicho gimnasio tiene una alberca semiolímpica de 25 metros de largo, metro y medio de profundidad y cuatro carriles. Y el costo por usarla (sin clases) es de mil 769 pesos mensuales, más una membresía de mil 880 pesos, es decir, un total de tres mil 649 pesos, lo que costaría aproximadamente una pipa con capacidad de 20 mil litros.
Al ser cuestionado respecto a los efectos de la crisis hídrica en la ciudad, Josué opinó: “Desconocía la magnitud o lo grave que es la situación del agua; para mí sería como un sacrificio dejar de nadar, porque es lo que me mantiene fuera de la depresión, pero ante situaciones como éstas, puedo buscar otras alternativas”.
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