Anuario: Morena, un año de reacomodos tras la licencia de Sheinbaum

El 15 de julio del año que termina, la entonces Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, encabezó su último acto público con esta calidad y anunció que a partir del día siguiente se registraría en el proceso interno de Morena para definir al titular de la Coordinación de Defensa de la Cuarta Transformación, la antesala de la candidatura presidencial.

“Quisiera decirles en este encuentro, que no es un adiós, sino que es el inicio de una decisiva etapa en el futuro de nuestra patria, para buscar ser la primera mujer que encabece los destinos de la nación”, expresó la mandataria.

La salida de Sheinbaum de la Jefatura de Gobierno generó un recacomodo de los grupos de poder dentro de Morena en la Ciudad de México, pues se decidió que en su lugar quedara Martí Batres, perteneciente a una corriente distinta.

Con este movimiento se reposicionaron los autollamados “puros”, que otros califican de “ultras”, entre quienes se encuentran el alcalde Gustavo A. Madero, Francisco Chíguil, y su entonces homóloga de Iztapalapa, Clara Brugada, quien a la postre obtuvo la precandidatura de la 4T a la Jefatura de Gobierno.

Se pudo saber que en días previos a la licencia de Sheinbaum, empujada prematuramente por la presión de Marcelo Ebrard, quien ya había renunciado a la Secretaría de Relaciones Exteriores, se desató una disputa entre las cúpulas de Morena por quién debía quedar como Jefe de Gobierno sustituto.

Los candidatos más fuertes eran la secretaria de Administración y Finanzas, Luz Elena González, de toda la confianza de Sheinbaum, y Martí Batres, por el hecho de ocupar en ese momento la Secretaría de Gobierno, el segundo cargo en importancia.

Tras intensas negociaciones, en las que participaron el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado y algunos liderazgos de este partido, se decidió que el sustituto sería Batres.

El 15 de julio, ante una multitud reunida en el Monumento a la Revolución, Claudia Sheinbaum anunció la decisión, pero con lo que parecía una doble cuña, informó que en la capital habría un esquema de “tres cabezas”: Martí Batres como Jefe de Gobierno, Omar García Harfuch como titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, y Luz Elena González en la Secretaría de Administración y Finanzas.

Al paso de las semanas quedó demostrado que el esquema no funcionó, pues Batres se afianzó en el poder, sin entrar en conflicto con las otras dos “cabezas”, a quienes les dejó el margen de acción que tenían antes.

Ese posicionamiento de uno de los principales líderes del grupo de los duros de Morena se vio reflejado meses más tarde en la definición de la candidatura a la Jefatura de Gobierno, que recayó en la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada.

En su discurso del 15 de julio, Claudia Sheinbaum se despidió de la administración capitalina y al mismo tiempo arrancó su carrera en pos de la Presidencia de la República.

En el Monumento a la Revolución, dijo: “Soy científica, pero hago política desde hace mucho tiempo y la hago para transformar nuestra nación, nuestro país, nuestra patria, para que disminuyan las desigualdades, para erradicar la pobreza y para construir un país de paz”.

Y agregó: “Me siento confiada en cumplir con el objetivo de nuestro movimiento y darle una verdadera continuidad a la transformación iniciada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador y recordar que la honestidad siempre dará resultados”.

De acuerdo con datos de la SSC, a ese evento masivo acudieron cerca de 80 mil personas, quienes le dijeron adiós a Sheinbaum al ritmo de tambores, silbatos y matracas. La gente gritaba: “¡La próxima Presidenta será mujer!” y “¡Es Claudia!”, mientras alzaban sus banderas color guinda.

Al día siguiente, el Congreso de la Ciudad de México eligió por unanimidad a Martí Batres Guadarrama como Jefe de Gobierno sustituto, para concluir el mandato de Sheinbaun, durante una sesión extraordinaria sin sobresaltos.

Ante el pleno del órgano legislativo local, Martí Batres se comprometió a establecer una estrecha colaboración con todos los sectores sociales de la Ciudad de México.

Y dijo: “Recorreré las colonias, pueblos y barrios para escuchar de cerca las necesidades y demandas de la ciudadanía, convirtiéndolas en decisiones gubernamentales o compartiéndolas con el Congreso”.

El nuevo Jefe de Gobierno mantuvo la tradición de su antecesora de ofrecer una conferencia de prensa cada día casi siempre a las 11:00 horas.

Al no aspirar a ningún cargo de elección popular ha mantenido un bajo perfil, pero no ha dejado de influir en las decisiones de Morena respecto a las candidaturas para los comicios del 2024.

En los últimos meses de este año, seis titulares de alcaldías capitalinas solicitaron licencia al Congreso de la Ciudad de México con motivo buscar ser candidatos de sus respectivos partidos a la Jefatura de Gobierno en las elecciones del 2024 o para involucrarse en algún proyecto político, pero sólo dos lo hicieron de forma definitiva.

La primera en solicitar la separación del cargo fue la entonces alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, por 60 días a partir del 16 de septiembre, misma que se convirtió en separación definitiva al ser designada precandidata de Morena, PT y PVEM.

El alcalde de Gustavo A. Madero, Francisco Chíguil, hizo lo propio para un periodo del 7 al 20 de octubre, para coordinar la precampaña de Brugada, mientras que un día después, el alcalde de Benito Juárez obtuvo licencia por 41 días, que al final del plazo y, tras la intervención del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, se convirtió en definitiva al ser designado precandidato de la alianza Va por la Ciudad de México.

Los titulares de Cuajimalpa y Cuauhtémoc dejaron el cargo sólo 15 días.

Tags:

• Ciudad