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Éxito de Peso Pluma, entre los corridos tumbados, bélicos y las canciones de desamor

El experto Juan Carlos Ramírez-Pimienta explica a La Razón por qué el cantante ha tenido un crecimiento global; ve una relación entre la violencia en el país y el auge de los narcocorridos
  • Por Redacción
Éxito de Peso Pluma, entre los corridos tumbados, bélicos y las canciones de desamor

En Ciudad Juárez, Chihuahua

El cantante mexicano Peso Pluma se ha convertido en todo un fenómeno mundial, tan es así que actualmente nueve de sus éxitos, en solitario o colaboración, se encuentran en la lista de Billboard de las 200 canciones más escuchadas en todo el planeta. Además, la “Sessions #55” que lanzó con Bizarrap rompió récord al alcanzar los 15 millones de reproducciones en menos de 24 horas. ¿Por qué ha tenido este auge?

Juan Carlos Ramírez-Pimienta, historiador de corridos de la San Diego State University, explica a La Razón lo que hay detrás del éxito del vocalista jalisciense. Primero destaca la manera en que ha conjugado los corridos bélicos, los corridos tumbados y canciones de amor, desamor y ligue con instrumentación de esta modalidad musical.

“Es realmente increíble el fenómeno que está sucediendo, muchos no son corridos, son canciones, ‘Ella baila sola’, no es corrido, un corrido es una canción narrativa, aquí lo que tenemos es una letra de amor y desamor, de ligue. Muchos de los que tiene en los primeros lugares son canciones con instrumentación asociada a los corridos bélicos”, comentó el autor de Una historia temprana del crimen organizado en los corridos de Ciudad Juárez, que presentó en la Feria del Libro de la Frontera.

“La Bebe”, por ejemplo, es una canción de ligue más parecida a las letras de la música urbana: “Ella fuma, ella toma/Es diablita, chiquita, pero picosa”; y “Por las noches” es de desamor.

Las letras de las canciones han dejado de ser lo más importante a diferencia de los corridos, para centrarse en música atractiva para todo el mundo.

“La instrumentación es muy diferente, estamos observando que el acordeón está desapareciendo, son guitarras no rasgueadas, con arpegio, que significa rasguñadas, un diferente sonido, trombón y musicalmente bastante atractiva, la letra ha pasado a ser menos importante, por eso los escuchan en España, Asia, Europa”, resaltó.

Para Ramírez-Pimienta el éxito de Peso Pluma, Natanael Cano y Fuerza Regida también se puede entender en el contexto social de los lugares donde los escuchan, principalmente en las ciudades fronterizas, donde las personas resignifican las letras.

“No es lo mismo escuchar este tipo de corridos en México que en Estados Unidos, allá es un mecanismo de empoderamiento, porque la población se siente amenazada, un corrido donde hay mexicanos superpoderosos es aspiracionista, me olvido que es criminal, me enfoco en que con esta persona nadie se mete. Para una persona que tiene miedo de ser deportada, una fantasía musical de tres minutos donde ser mexicano es poderoso es intoxicante, pero no significa que va a decir: ‘no voy a trabajar en el campo, en la fábrica, me voy a meter al crimen organizado’, no es eso”, comentó el experto.

Muestra de eso son los cientos de videos en TikTok con la música de fondo del tema “Dijeron que no la iba a lograr”, de Fuerza Regida, en los que estudiantes convierten una canción que habla sobre un hombre criminal en un tema en el que expresan el orgullo de haber logrado terminar su carrera; o “El azul”, de Junior H y Peso Pluma, que trata sobre el triunfo de un capo, pero que la comunidad migrante utiliza en videos para mostrar cómo han logrado salir adelante con trabajo y esfuerzo en Estados Unidos.

Actualmente en distintos ámbitos existe un rechazo hacia esa música en México, hemos visto cómo en Tijuana la Asociación de Escuelas Particulares ha llamado a evitar reproducir ese tipo de canciones en las escuelas, en Coahuila en un Conalep le negaron la entrada a estudiantes que tuvieran un corte similar a Peso Pluma y en Cancún han cancelado conciertos de corridos tumbados. Al respecto, Ramírez-Pimienta señaló que el fenómeno es más complejo que la prohibición.

“En los conciertos, son 20, 30 mil personas, entre ésos habrá una fracción que sí está susceptible a la violencia, no quiero disculpar al género, pero no es lo que han dicho que es. La gente los escucha porque ve por una parte la fantasía y por otra, porque sigue el fenómeno del crimen organizado, cuando éste disminuya van a ser corridos de nostalgia”, apuntó.

Señaló que en la investigación que hizo sobre los narcocorridos en Ciudad Juárez, desde los años 20 del siglo pasado hasta nuestros días, es muy notable cómo en los años 50 y 60, la época del llamado “Milagro mexicano” no encontró narcocorridos. “Vuelven cuando se resquebraja el sistema económico mexicano que es en los 70, no han parado porque no ha parado la crisis”, finalizó el especialista.

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