Wish, una pálida celebración por los 100 años de Disney
Por un lado tenemos un reino gobernado por un mago, quien como una forma de mantener la seguridad y el control, resguarda cada uno de los deseos más grandes de los ciudadanos; claro, con la promesa de cada cierto tiempo hacer realidad algunos de ellos.
Por el otro, tenemos una estrella que baja a la tierra en respuesta al pedido de una joven, que descubre la verdad tras la idílica fachada del lugar, con quien habrá de unirse para cambiarlo todo.
Sin duda, los elementos anteriores son perfectos para elaborar un emotivo homenaje por los 100 años de la casa Disney. Por desgracia el vehículo es tan a modo para ello, y es tal el desgano o conformismo de los responsables de la película, que Wish se convierte en un simple recorrido de lugares comunes con una estructura suma-
mente convencional.
Así entonces, la trama evita cualquier riesgo o propuesta y sigue paso a paso la fórmula de la aventura, con la chica que ante el desengaño se ve perseguida, pero que a la larga se convertirá en la impulsora de una incipiente rebelión, no sin antes enfrentar la respectiva traición.
Tanto la evolución de la protagonista como de sus acompañantes es mínima, e incluso el discurso sobre las implicaciones de ceder a otros la responsabilidad de hacer realidad los sueños propios se queda en la obviedad, desperdiciando posibilidades que la historia misma apunta, como la de inspirar a los demás y todos sus riesgos.
Hay belleza tanto en el diseño del castillo y sus interiores con un laboratorio-observatorio incluido, en la arquitectura de la ciudad y los parajes campiranos que le rodean, pero todo carece de identidad más allá de la pulcritud y tendencia al minimalismo. Del diseño de personajes no hablemos, todo es aún más genérico, incluyendo al compañero cuadrúpedo que lleva el rol gracioso, cuyas intervenciones con pretensiones de ser graciosas pasan casi desapercibidas.
En lo que se refiere a la música, ésta cumple con su función de acentuar lo festivo o dramático del relato, pero hay muy poco que destacar, dado la enorme falta de creatividad que lo impregna todo, lo cual se evidencia cuando en una de las secuencias más tensas y con los protagonistas acorralados, lo único que se les ocurre es que mientras cantan se pongan a acomodar objetos para hacer juegos de sombras e ilustrar así la canción.
Como sea, Wish no está exenta de cierto encanto alimentado por la respectiva carga de nostalgia que les da el retomar situaciones y roles consolidados por la época dorada de Disney, además de que está llena de referencias que harán las delicias de los fans, y que se guarda algunos momentos simpáticos, y pues eso es todo.
Al final, la perspicacia también da para otras lecturas que podrían indicar que se trata de una representación de la expiación ante su propia voracidad de lo que no deja de ser un gigante corporativo, pero ésa ya es otra historia y queda para la interpretación.
El elenco de la película:
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