Rammstein ofrece un show épico lleno de fuego y metal
La banda alemana Rammstein demostró la noche del sábado en el Foro Sol por qué es considerada un “monstruo del espectáculo y la música”. En su primer concierto en México, no escatimó en pirotecnia, fuego sobre el ostentoso escenario que se dispuso y en la explanada del inmueble, luces, cambios de vestuario, escenificaciones que incluyeron llenar de fuego a uno de los integrantes y hasta “surfear” sobre una lancha entre una “marea de fans” que los llevó hasta la tarima.
El retumbo de la pirotecnia sobre todo el escenario —con dos enormes torres y tres estructuras circulares— fue el anuncio del comienzo de un show épico, mientras los sintetizadores de Christian Lorenz daban pistas de que “Armee der Tristen” fue la canción elegida para iniciar este viaje: las manos de los 65 mil fans se agitaron, las melenas comenzaron a sacudirse y las primeras cervezas volaron sobre los asistentes.
Aunque, antes de que aparecieran en el escenario Till Lindemann, Richard Z. Kruspe, Christoph Schneider, Oliver Riedel, Paul H. Landers y Christian Lorenz, se pidió a los asistentes guardar sus celulares y disfrutar del show, miles de fanáticos tomaron sus dispositivos y documentaron el comienzo del espectáculo.
Después sonaron “Zick Zack” y “Links”. Para “Sehnsucht”, Christian Lorenz, a quien gran parte del espectáculo se le vio tocando mientras se ejercitaba en una caminadora, hizo sonar los sintetizadores y al escucharse la batería se lanzó pirotecnia, lo cual hizo que el Foro Sol temblara con los brincos de los seguidores. El remate de este tema fue con pirotecnia, lo cual emocionó a los presentes.
Con “Mein Herz Brennt”, en las tres pantallas en el escenario se proyectaron personas con capas negras y tapadas con una tela roja; Mientras sonaba con maestría un solo de guitarra salió fuego delante y atrás del escenario.
Cada que avanzaba el espectáculo, Rammstein ofrecía todo tipo de sorpresas e iba aumentando el nivel de espectacularidad de los actos, como en “Heirate Mich”, canción con la que Till Lindemann apareció en el escenario con una carriola a gran escala, que después incendió. En el cierre de este tema volaron papeles verdes por toda la explanada del inmueble. Mientras que para “Puppe”, el líder de la agrupación comenzó a golpearse la cabeza con una pesada estructura que se colocó sobre la tarima.
En un momento del concierto hicieron una breve pausa, Richard Zven Kruspe se convirtió en DJ y para ello eligió un atuendo blanco de plumas. Después el resto de los integrantes subieron al escenario con unos trajes de luces led y el escenario se iluminó también mientras bailaban. Esa luz y alegría después se transformó en oscuridad con “Deutschland”.
Para “Mein Teil” dejaron boquiabiertos a sus fans, pues Till Lindemann apareció disfrazado de cocinero —su micrófono era un gran cuchillo— empujando una gran olla, donde casi al final de la canción tomó un lanzallamas para “cocinar” a Christian Lorenz, quien se encontraba dentro de ésta; y como con Rammstein todo se trata de excesos, el líder de la banda tomó un lanzallamas más grande y el tecladista tuvo que cubrirse hasta el rostro para protegerse del fuego.
El público aún alababa el acto cuando Lorenz salió de la gran olla para ir a su teclado y hacer sonar los primeros tonos de “Du hast”, el mayor éxito de Rammstein, mientras el público gritaba con euforia. Pirotecnia fue lanzada del escenario al centro de la explanada del Foro Sol, al inicio de la canción y cuando Rammstein cantaba “Du hast mich gefragt/Du hast mich gefragt/Und ich hab nichts gesagt/“, del escenario y de seis torres que se encontraban en el centro de inmueble salió fuego, cerrando de manera gloriosa la interpretación de este tema.
Durante una pausa que se tomaron para la recta final del espectáculo, el público esperó paciente y ante la cámara que captaba al público, algunas chicas se descubrían los senos con rebeldía.
Tras la espera, los integrantes de la agrupación aparecieron al centro de la explanada del Foro Sol y todos los asistentes prendieron las luces de sus celulares. Lindemann gritó en español: “¡Cabrones!” y tras ello sobre una lancha inflable Rammstein surfeó en la marea de fans que los ayudaron a regresar al escenario principal, momento que alguien aprovechó para hacerle llegar un Dr. Simi.
Sonaron “Ausländer” y “Du Riechst So Gut”. Con la primera Paul H. Landers y Richard Z. Kruspe protagonizaron un solo de guitarra y al final de éste se besaron en la boca, un acto que han hecho en otros conciertos en señal de apoyo al movimiento LBTTTI.
Para “Pussy” hubo una sorpresa: en el escenario se colocó una especie de enorme lanzagranadas, donde subió Lindemann para cubrir de papeles blancos toda la explanada. Después siguieron otras de las más coreadas por el público “Rammstein”, “Ich Will” y “Adieu”, tras ésta los integrantes de la agrupación subieron a lo alto del escenario en una estructura, el público seguía pidiendo canciones y gritaba el nombre del tema que no podía faltar en este show.
El líder de la banda entonces gritó en español: “¿Quieren más?” y le respondían: “¡Sí!” y les decía: “Más alto” y tras eso comenzó a sonar “Te quiero put…”, tema que cantan en español, lo cual provocó gritos de los presentes. Destacaba el sonido de la trompeta que tocaba Lorenz.
El final del concierto también fue con una portentosa pirotecnia y el público quedó convencido de que valió cada segundo la espera de dos años por la pandemia para poder estar con estos “monstruos del espectáculo”. Hoy Rammstein repite la hazaña y el 4 de octubre.
AG
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