¿Quiénes eran Las Poquianchis, consideradas las mujeres más crueles de México?
Despiadadas, insensibles, aterradoras. Estos son algunos de los adjetivos con los que se describe a las hermanas María de Jesús, María del Carmen, María Luisa y Delfina González Valenzuela, el cuarteto de mujeres más crueles en la historia de México, tanto así, que Jorge Ibargüengoitia les dedicó una de sus más famosas novelas: "Las muertas". En la vida real, fueron conocidas como "Las Poquianchis".
Las hermanas Baladro fueron los personajes que Ibargüengoitia utilizó para retratar (o así acercarse) a "Las Poquianchis", dedicadas al tráfico de decenas de mujeres a las que no sólo obligaban a prostituirse, sino también eran víctimas de esclavitud y a muchas de ellas, incluso las asesinaron.
Luis Estrada, director mexicano, llevará a Netflix la historia de Las Poquianchis, pues el relato contado por Ibargüengoitia le resultó tan fascinante, que leyó "Las Muertas" hasta 40 veces. Dirigir esta serie que estará conformada por "seis películas", será un reto interesante para Estrada, después de la ambiciosa "¡Qué viva México!". Mientras nosotros, hablemos un poco sobre esta historia real que impactó a la sociedad mexicana del siglo XX.
Las hermanas María de Jesús, María del Carmen, María Luisa y Delfina González Valenzuela son Las Poquianchis, asesinas seriales reconocidas a nivel mundial por sus actos atroces en contra de sus víctimas. Aunque muchas personas que vivieron en la época de los 60 en México, aseguran que los relatos acerca de ellas se exageran, se refiere que sus crímenes eran así de crueles como los relata Ibargüengoitia en "Las Muertas".
De manera extraoficial y consultando a los medios de aquellas épocas, Las Poquianchis asesinaron entre 90 y 150 personas en la década de los 60. Se dedicaban a explotar a mujeres en burdeles y prostíbulos; manejaban además una red de secuestro y prostitución en los estados de Jalisco y Guanajuato.
Sus métodos incluían la tortura, los golpes y el abuso para someter a sus víctimas y obligarlas a trabajar para ellas. Las hermanas González Valenzuela nacieron en El Salto, Jalisco y eran maltratadas, junto a su madre, por su padre, quien padecía alcoholismo. El hombre era policía y, de acuerdo a varios relatos, obligaba a sus hijas a ver las torturas realizadas a los prisioneros.
Fue en el año de 1938 cuando una de Las Poquianchis, María del Carmen, se relacionó con un criminal que le enseñó lo necesario sobre el negocio de los bares y después de la muerte de sus padres, abrieron su primer burdel en Lagos de Moreno, Jalisco. Para los años 50, ellas abrieron un segundo burdel y comenzaron a construir relaciones con las autoridades locales con las que a través de la corrupción, lograron mantener el negocio abierto pese a ejercer la prostitución.
En ese tiempo comenzaron a trabajar con redes de secuestradores para conseguir mujeres que en realidad eran niñas, pues tenían entre 12 y 15 años de edad, atrayéndolas ofreciéndoles un buen trabajo y prosperidad para sus familias, cuando lo que hacían era explotarlas y prostituirlas. En los burdeles, las menores eran abusadas y torturadas para obligarlas a trabajar.
Los relatos indican que cuando las niñas cumplían los 25 años, eran asesinadas o aquellas que lograban sobrevivir, se convertían en cómplices de Las Poquianchis.
Luego de años de abusos, una de las víctimas logró escapar y las denunció ante las autoridades en Jalisco. Descubrieron entonces varias fosas clandestinas en donde encontraron restos de mujeres y de niños, hijos de las víctimas. Aunque intentaron corromper a las autoridades, no lo lograron, pues los oficiales con quienes tenían tratos, habían sido removidos de sus puestos.
En 1949, María del Carmen falleció de cáncer; Delfina murió en 1968 tras caerle sobre la cabeza una cubeta con cemento; María Luisa murió de cáncer en 1984, mientras que María de Jesús, aunque obtuvo su libertad, murió posteriormente en su domicilio.
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