Premian a Serrat por hacer de sus canciones un himno colectivo
El compositor y cantante Joan Manuel Serrat (Barcelona, 1943) ha sido notificado como ganador del Premio Princesa de Asturias de las Artes 2024 “por el alcance de una trayectoria artística que trasciende la música y se hace referente cívico, sumando a las letras de sus canciones la fuerza del himno colectivo con voluntad universal a través de una honda raíz mediterránea, que aúna el arte de la poesía y la música al servicio de la tolerancia, los valores compartidos, la riqueza de la diversidad de lenguas y culturas, así como un afán de libertad en la búsqueda del diálogo frente a la crispación, exponente de irrenunciable vocación de tender puentes entre países y generaciones”, suscribe el acta del jurado, presidido por el museógrafo español Miguel Zugaza Miranda.
Trayectoria de más de 55 años de “una de las figuras más destacadas de la canción moderna, quien ha puesto voz a coplas icónicas: ‘Mediterráneo’, ‘Lucía’, ‘Penélope’ o ‘Aquellas pequeñas cosas’, amén de musicalizar textos de Antonio Machado, Miguel Hernández, Pablo Neruda, Jaime Sabines, Federico García Lorca o Mario Benedetti”, abundó la Fundación Princesa de Asturias, que enfatizó en “su compromiso y defensa de la democracia y los derechos humanos tanto en España como en Latinoamérica”.
Con el intérprete de “El carrusel del furo” hemos aprendido a escuchar la poesía en los atajos de la canción. Desde su primer fonograma, Ara que tinc vint anys/Ahora que tengo 20 años (1967), pasando por Hijo de la luz y de la sombra (2010), hasta En el Luna Park (2012) —colaboración con Joaquín Sabina—, lo verbal se ha empalmado con un seductor motivo melódico nacido de las cuerdas de la guitarra: proporción inscrita en códigos elegíacos. Cada tema de este dilecto hijo de Barcelona se sitúa en la concepción trovador/juglar del Medioevo.
El autor de “Esos locos bajitos”: vocalista de precisa tesitura e íntimo murmullo: fraseo arropado en consonancias prosódicas delicadas, punzantes y sensitivas. Responsable de algunas de las estrofas cadenciosas más hermosas del cancionero iberoamericano (“Aquellas pequeñas cosas”, “Mediterráneo”, “No hago otra cosa que pensar en ti”, “De vez en cuando la vida”, “Para vivir”, “Qué va a ser de ti”, “Piel de manzana”, “Lucía”, “La mujer que yo quiero”, “Penélope”, “Mi niñez”, “Cada loco con su tema”…), quien ha llevado al pentagrama estrofas de Antonio Machado, Miguel Hernández, Mario Benedetti (“Habanera”), León Felipe (“Vencidos”), García Lorca (“Herido de amor”), Jaime Sabines (“La Luna”), Luis García Montero (“Señor de la noche”), Luis Cernuda (“Más que a nadie”): presencia en nuestro transcurrir del “niño de Poble Sec”, a quien queremos tanto: cualquier referencia a sus antífonas se convierte en reclamo espiritual. Serrat en el folclor catalán, el tango, la copla española, el bolero y el cancionero latinoamericano.
Tres fonogramas: Dedicado a Antonio Machado Poeta (1969), Miguel Hernández (1972), Hijo de la luz y de la sombra (2010), que han contribuido a la difusión de la poesía del sevillano Antonio Machado y del pastor de cabras-poeta de Orihuela, Miguel Hernández. Nanas de la cebolla abren el tiempo. Nadie pudo cerrarle los ojos a Miguel que quería seguir comiéndose la luz.
En pleno franquismo, en las puertas de los edificios ministeriales, en los baños de las hosterías y en las tapias de los cuarteles empezaron a aparecer estrofas de Cantares (“Caminante, son tus huellas / el camino, y nada más”) y de Para la libertad (“Para la libertad sangro, lucho, pervivo”). Versos de la España “pedregosa, luz espesa de panal despertando” (Pablo Neruda).
Mancuerna en los álbumes y conciertos con el pianista Ricard Miralles. “Sin los acordes de este músico me siento huérfano en las tarimas. Nos miramos antes de cada función y el milagro entra a los auditorios. Desde 1968 desandamos juntos sin cansancio en Tiempo de lluvia, En tránsito por las dársenas, Bienaventurados con Versos en la boca por el mundo”, ha confesado el autor de “Pueblo blanco”.
Influjos de León Felipe, Alberti, García Lorca, Salvat-Papasseit y Neruda: heraldo de tonadas infundadas en lloviznas y presagios infinitos. Serrat abre el mediodía para incendiar nuestros acasos.
Aromáticas avenencias en conversación de festiva nostalgia peninsular. Conformes de una guitarra en tenues conjeturas espirituales. Serrat se sumerge en los crepúsculos con el pulso intacto: nos ha regalado momentos melodiosos entrañables. Enhorabuena este Princesa de Asturias para un hombre generoso siempre sospechando que hoy puede ser un gran día.
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