No nos moverán: historia sobre venganza y perdón
El 2 de octubre de 1968 México vivió uno de los capítulos más oscuros e infames de su historia, aquel hecho, al haber marcado profundamente al país, ha llamado la atención de diferentes cineastas para abordarlo en diversas películas, pero ninguna lo ha tomado como lo hace ahora Pierre Saint Martin Castellanos, quien decidió aderezarlo con una ingeniosa trama de venganza y perdón, además de un toque de comedia negra, para usarlo como punto de partida de una interesante historia de ficción que tiene también parte de su génesis en un hecho real que marcó a la familia del director.
No nos moverán tiene como personaje principal a Socorro (Luisa Huertas), una abogada cuyo sentimiento de culpa la ha llevado a obsesionarse con buscar al militar responsable de asesinar a su hermano durante la masacre de Tlatelolco, y cuando al fin logra encontrarlo tras muchos años de búsqueda, decide ejecutar un elaborado plan de venganza, contando con la ayuda de un viejo amigo (Juan Carlos Colombo) y un joven (José Alberto Patiño) que la admira, y la participación de un siniestro sujeto (Alberto Trujillo) al que le gusta vestir como vaquero; al mismo tiempo que lidia con su hermana (Rebeca Manríquez) que no le habla y es testigo de la relación de su hijo (Pedro Hernández) con su pareja (Agustina Quinci).
“Uno de mis primeros acercamientos al 68 fue leer La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska, en el libro que tengo hay una fotografía de unos militares sometiendo a un estudiante y uno de ellos está sonriendo, esa fue una de las cosas que más me impactó, dije ‘¿cómo hay una persona que está ejerciendo esta crueldad y está sonriendo?’, eso me perturbó; cuando empecé a diseñar la película, había algo que empezó a cambiar en mí y pensé ‘muchos de esos militares son personas que en su momento fueron ciudadanos como yo, muchos de ellos eran jóvenes y entonces eran jóvenes matando jóvenes’ y eso es lo que me parece más absurdo, todo eso me estimuló a preguntarme ¿qué pasa con las personas que cometen la falta?”, declaró el realizador mexicano para La Razón.
“Trabajar con Luisa Huertas fue un encanto, fue muy generosa y me ayudó no solamente a contrastar el guion, sino que me ayudó a cuestionar razonamientos del personaje, me ayudó a balancear más el proyecto, tiene un lugar muy especial no solamente en la película, sino en mi corazón; José Alberto Patiño es una revelación, es su primer papel en cine y fue uno de los personajes más importantes y complicados de realizar, hizo un trabajo muy estudiado, él también fue un aliado muy importante y se merece mucho reconocimiento por su trabajo”, comentó.
“Como en la vida, el rodaje tuvo sus momentos en los que reímos y dijimos ‘lo logramos’x, era una película con muy poco dinero y que tratábamos de hacer que tuviera valores de producción de una película cara y había momentos en que decíamos ‘no sé cómo va a salir esto’, también hubo momentos en los que no la pasamos bien y donde estábamos tronando los dedos por diferentes situaciones, éramos poquitos y había que hacer mucho con poco, a veces fue muy pesado y parecía que no iba a suceder, pero siempre estaba la voluntad de todos”, compartió el director de cine.
La cinta, filmada en un elegante blanco y negro que le aporta una sensación de rememorar al pasado, se estrena mundialmente durante la edición de este año del “Cinelatino, Rencontres de Toulouse” (que se realiza del 15 al 24 de marzo), enfocado en producciones latinoamericanas, y es parte de la Selección Oficial en la Competencia de Largometraje de Ficción.
Seguramente sabremos más de No nos moverán en un futuro no muy lejano.
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