No abras la puerta: ¿Vale la pena ver la película mexicana de terror?
Tras un agobiante inicio en llamas de impecable ejecución y con el que atrapa el interés del público, “No abras la puerta” de Humberto Hinojosa Ozcariz —“Camino a Marte” (2017)—, da inicio a un sobrio y envolvente ejercicio de contención guiado por el deambular del protagonista, ya sea con la cámara colgada a sus espaldas o de su mirada perdida en sus adentros, proyectando la presencia de la urbe que se erige expectante y al mismo tiempo como inmutable escenario, siempre a punto de devorar a sus habitantes aprovechando los momentos más álgidos de su soledad.
Pero lo que realmente alimenta la el miedo dentro del relato es la implosión emocional que mantiene con convicción el actor Iñaki Godoy —“¡Ánimo Juventud!” (2020)—, en el papel de un joven recién llegado cuyo espeluznante pasado habrá de irse revelando a cuenta gotas.
Un proceso hábilmente apuntalado por encuadres sutiles, que atienden cada pequeño instante en el que reacciona cambiando la postura para dejar salir un poco de sí mismo, ante el subterfugio que le representa la empatía de una chica de personalidad libre y refrescante, pero asfixiada por el acoso en casa, interpretada con conveniente naturalidad por Ximena Lamadrid —“Bardo” (2022)—.
Todo en un ambiente en el que hasta la luz del día es una pálida manifestación de desamparo, con el rezago carcomiendo las calles y los pasillos de los edificios, donde el vacío de las paredes con sus tapices descoloridos hace lucir insignificantes los símbolos religiosos, que no son otra cosa que estériles intentos de aferrarse a creencias paganas para detener la amenaza de una siniestra presencia.
Las muertes habrán de sucederse fieles al cauto desarrollo general si efectismos, encontrando lo espeluznante en lo que no se ve, para después explotar en el contraste de breves visiones de sangre, huesos rotos y desmembramientos.
El desarrollo de la investigación alterna a través de la cual se revela la explicación de los hechos sobrenaturales, adolece de cierta verosimilitud dentro de su propia ficción y resulta un tanto innecesaria ante lo que ya de por sí se implicaba, amén de que las motivaciones de la madre del personaje principal se pierden en la ambigüedad, pero “No abras la puerta” se sostiene hasta el final, es tan inquietante como pretende y se convierte en una atractiva opción con su estreno directo a la plataforma VIX.
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