Natalia Lafourcade comparte su viaje interior en nuevo álbum
La compositora, arreglista, diseñadora, productora musical, actriz y cantante Natalia Lafourcade (Ciudad de México, 1984), después de la cruzada por la música latinoamericana en cuatro emblemáticas placas y tras siete años de no pisar un estudio de grabación, presenta De todas las flores (Sony Music, 2022), producción musical de Adan Jodorowsky y la presencia de reconocidos instrumentistas: el guitarrista Marc Ribot, el bajista Sebastian Steinberg, el percusionista Cyril Atef y el pianista Emiliano Dorantes.
Doce temas que transitan por la vida y la muerte, el amor y el desamor, la celebración a la tierra y a la naturaleza, lo ancestral, la sanación, el misticismo, la inclusión y lo femenino: ejes temáticos que protagonizan un fonograma íntimo, sentimental, nostálgico y gozoso secundado por un formato orquestal de piano, guitarra (eléctrica/acústica), cuatro, contrabajo, bajo eléctrico, percusiones, cuerdas (violín, cello), vientos (trompeta, saxofones, flugelhorn) y coro.
“Muerte, sanación, la madre tierra y jardines anímicos han sido los elementos que me arroparon en la ruta del proceso de salir de un quiebre, el cual tuvo índices inaugurales en el desamor, pero no con otra persona, sino conmigo misma. Entregarle el corazón a otro puede ser el indicio de que uno no se ama lo suficiente. ¿Dónde poner el corazón? O, ¿será mejor decir?: el corazón se queda aquí conmigo para cosechar todas las flores propias, íntimas”, expresó en entrevista con La Razón Natalia Lafourcade, acreedora de dos Premios Grammy y 14 Premios Grammy Latino.
¿Su álbum más personal? Sí, es un disco que habla de mi vida a través de canciones que escribí entre 2018 y 2021, durante un proceso donde exploré la esencia de mi vida para entenderme y descubrir en realidad quién soy. Retorno a mi propio jardín desde una llamada interna en medio de la pandemia, voz interior que me dictó la canción que da título a la producción: “De todas las flores que sembramos / sólo quedan unas encendidas / que se preguntan / cuándo llegarás para cantarles”.
¿Nostalgia, gozo y juego con la música? Lo que más amo es hacer música. Estuve visitando las concordias de diferentes géneros y de compositores de mucha presencia en mi formación: Agustín Lara, María Grever y otros. Quise, con estas canciones reflejar el deleite que propicia la música en los espacios de la añoranza y también del goce.
¿Cómo llega el célebre guitarrista Marc Ribot a este proyecto? Una propuesta de Adán Jodorowsky que yo acepté sin dudarlo. Un guitarrista que admiro desde siempre. Él supo infiltrar su estilo en mi música: su mirada encajó en mi concepción musical.
¿Y el productor Adán Jodorowsky y el joven pianista Emiliano Dorantes? Era necesaria la presencia de ambos. Yo quería el mundo de Adán en mi mundo y lo logramos. Emilio Dorantes tiene sólo 21 años, pianista de sólida formación clásica que hizo arreglos a algunas de las piezas en propuestas, por ejemplo, en “Llévame viento”, con improntas de free jazz muy lúdicas.
¿Homenaje a María Sabina en “María la Curandera”? Está basada en un poema de ella: me gustó tanto que me conminó a ponerle música en tonalidad de una cumbia lenta arropadora. Sabina estaba con nosotros en el estudio de grabación, su espiritualidad recóndita nos curó.
¿Presentó el fonograma en el Carnegie Hall acompañada de Omara Portuondo y David Byrne en octubre pasado? Primera presentación oficial ante dos mil 800 asistentes en el mítico Carnegie Hall. Imagínate la emoción cuando Byrne, el líder del famoso grupo Talkin Head, me acompaña en la interpretación de la pieza “Muerte”. Y qué decir de la cubana Omara Portuondo con su magia. Todo quedó registrado para la conformación de un próximo álbum en directo.
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