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Mi villano favorito 4, los malvados ya no son lo que eran

La cuarta entrega de la saga se apunta en la misma línea que Minions, el spin off del 2015; no obstante, redunda en ocurrencias y comedias viejas sobre el tema
  • Por Redacción
Mi villano favorito 4, los malvados ya no son lo que eran

A pesar del regreso de Chris Renaud —El Lórax: En busca de la trúfula perdida (2012)—, uno de los dos directores que iniciaran la saga, esta cuarta entrega se apunta en la misma línea de aquel primer spin off del 2015 titulado Minions, el cual no era otra cosa que una especie de compilado de pequeños gags que bien podrían haber formado parte de una serie animada o alguna antología de cortos, y nada más. Y es que sí ya en Mi villano favorito 3 (2017) le sacaron de la nada un hermano gemelo al protagonista, ahora el pretexto para la sucesión de chistes no es otra cosa que el enfrentamiento con un peligrosísimo, pero convencional supercriminal y su malvada novia, lo cual redunda en que el ahora reformado como agente de la organización mundial ultrasecreta de lucha contra el mal, junto con su familia y su nuevo hijo, sean asignados al programa de protección a testigos.

Así entonces, con nueva identidad y ya viviendo en los suburbios, se pensaría que las complicaciones una vez más vendrían de la exigencia de adaptarse a otro escenario de la vida doméstica, amén de enfrentar una nueva etapa de la paternidad con el bebé recién llegado. Sin embargo, eso se queda en repetitivos apuntes a comedias viejas sobre el tema, con el clásico infante que parece no quererle —dígase el recordado “nene consentido” de la serie Dinosaurios y su “No la mamá” por ejemplo—, además del consabido vecino incómodo; los cuales redundan en meras ocurrencias.

Incluso la niña que irrumpe impulsada por el afán de convertirse en la nueva estrella de las fechorías, y que parecía tener mayores posibilidades al compartir el vínculo que definía la anterior vida de nuestro protagonista, luce un tanto desperdiciada al abrir una línea argumental más bien anecdótica, y no se diga las tres niñas que tan bien funcionaron en la primera y segunda película, quienes aquí pasan con más pena que gloria.

Queda claro que si la franquicia quiere mantenerse a un nivel digno tendrá que ir por otros rumbos, tal vez dándole continuidad a la evolución de ese pequeño Grú que nos presentara la mucho más refrescante y encantadora precuela Minions: nace un villano (2022), donde exploraron con ingenio los primeros años de su pasión por la villanía, para ahora abocarse a su adolescencia, o quizás elaborar un enfrentamiento con la unión de todos los criminales que ha derrotado. Seguro ambas opciones ofrecerían un poco más de lo que entrega esta genérica Mi villano favorito 4, cuyo único logro es ser medianamente entretenida, amén de ese pequeño evento incluido en el epílogo que, con base en los siempre llamativos cameos, conecta con el resto de las películas.

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