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Mi amigo el pingüino, una entrañable cinta llena de esperanza

El director David Schurmann dice a La Razón que quiso mantener la esencia latinoamericana y no convertirla en un filme hollywoodense; “es una película muy profunda”, apunta
  • Por Redacción
Mi amigo el pingüino, una entrañable cinta llena de esperanza

Con tomas de las costas tropicales de Brasil y las impresionantes colonias de pingüinos de la Patagonia, Mi amigo el pingüino está basada en la historia real de João Perei de Souza y DinDim, quienes se hicieron amigos luego de que el ave fuera rescatada de un derrame de petróleo por el pescador en 2011, en la playa Ilha Grande, cerca de Río de Janeiro. La cinta busca mantener una esencia latina y no ser un filme hollywoodense más para el público iberoamericano, dijo a La Razón el director David Schurmann.

“Quería que la película tuviera una textura y un acento latino, era muy importante que no fuera en inglés estadounidense o británico y se proyectara en Brasil, debía tener nuestro color, sabor y sonido”, expresó el cineasta brasileño.

A pesar de que los productores le pidieron que fuera en inglés, con actores conocidos mundialmente y que se rodara en España, defendió el proyecto. “Yo les dije ‘vamos a hacerlo en Brasil, no tiene nada que ver España con Brasil’ y pude cambiar eso”, compartió.

Para reproducir esos sonidos familiares, Schurmann reunió a un equipo integrado por personas de 11 nacionalidades, como los protagonistas Jean Reno (francés) y la mexicana Adriana Barraza, junto a argentinos como Nicolás Francella, Alexia Moyano y Rochi Hernández, además de los 10 pingüinos de Magallanes.

Sobre su encuentro con la nominada al Oscar en 2006 por Babel, Adriana Barraza, para convencerla de interpretar a María, esposa de João, recordó que charlaron durante dos horas y media sin parar: “Me encantó, no sólo como actriz porque tiene un talento increíble, sino como persona, es muy amable”.

Mientras tanto, con Jean Reno, reconocido por interpretar a León en El perfecto asesino, y quien le da vida a João, el director contó que tuvo que viajar a Francia para platicar una tarde con él y su mujer.

“Le dije ‘voy a cortar muchas páginas del guion porque tú y Barraza no necesitan hablar tanto, son tan buenos actores que la potencia está en su talento’”, abundó Schurmann, quien admira a los protagonistas por ser dos actores con mucha experiencia, lo que facilitó su trabajo al dirigir el rodaje, aunque reconoció que hubo otros aspectos difíciles.

“Hay un dicho que dice ‘no hagas una película con niños, en el océano o con animales porque es un caos’, y en esta tenemos los tres”, comentó entre risas el creador; sin embargo, el reto se superó con planeación y con un protocolo de cuidado para los pingüinos.

El creador, quien ahora ya tiene un amigo pingüino llamado Maui, percibe en los 97 minutos de la cinta “un mensaje de esperanza, de amor, de familia, de cómo sales del dolor y de cómo tenemos que cuidar a la naturaleza”, aunque reconoce que “mucha gente puede pensar que es una película tontita de pingüinos y no, es muy profunda”.

La historia de João y DinDim llegará a México a partir del 3 de octubre.

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