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Luis Estrada: ¡Que viva México! es una película provocadora

El director afirma a La Razón que ve en el país “signos muy preocupantes de polarización e intolerancia”; siempre procura guardar la censura y la autocensura, dice
  • Por Redacción
Luis Estrada: ¡Que viva México! es una película provocadora

A casi una década de La dictadura perfecta, el director Luis Estrada vuelve para desafiar la corrección política en ¡Que viva México!, una radiografía de la sociedad actual de nuestro país en la que aparecen “fifís”, “conservadores”, “la mafia del poder” y “el pueblo bueno”, pero nadie se salva, no deja títere sin cabeza.

“A través de esta caricatura, de esta sátira política, quise hacer un espejo donde estuviéramos todos retratados, donde estuvieran todas las clases sociales, un momento muy importante y definitorio en la vida de este país en el que hay para mí signos muy preocupantes de polarización, de intolerancia, de enfrentamientos”, afirmó en entrevista con La Razón el también realizador de El infierno (2010).

En ¡Que viva México! cuenta la historia de Pancho Reyes (Alfonso Herrera), un hombre clasemediero con grandes aspiraciones quien dejó en el olvido a su familia pobre en el pueblo donde creció, La Prosperidad, lugar al que regresa cuando muere su abuelo Francisco (Joaquín Cosío) y le deja una herencia. Un reencuentro donde salen a relucir los resentimientos, la envidia, el rencor, la pobreza de la que tanto huyó el personaje principal, la doble moral, la corrupción y, sobre todo, la idiosincrasia del mexicano.

Estrada no considera valiente hacer una cinta como ¡Que viva México! en tiempos de polarización y en que hablar del Presidente Andrés Manuel López Obrador o criticar la llamada Cuarta Transformación genera toda una serie de reacciones. En el filme el director pone sobre la mesa algunas contradicciones del gobierno en turno.

“Trato de ser consecuente entre mis ideas, mi vida, mi trabajo, mi discurso, que forma parte de mi trabajo. A mí me han puesto una cantidad de etiquetas, unas horribles y otras exageradas, no soy víctima, ni mártir ni héroe de ninguna causa, digo las cosas como las veo, procuro dejar guardada la censura y la autocensura que uno a veces por miedo, por el qué dirán no toca estos temas”, aseveró.

Dijo que estos tiempos muy complicados, porque “todo mundo tiene que andar con pinzas, con cuidado para expresarse de ciertas cosas, yo creo que uno tiene que ser respetuoso, pero no de pronto llegar a los niveles de exageración”.

En ese sentido, Luis Estrada consideró que su película es “muy provocadora, justamente por lo divertida, por el tono y el género que decidimos hacerla, no tiene mayor mérito más que sentirme muy orgulloso del trabajo que hice, porque me gusta mucho, porque me divierte mucho, será la gente y el público los que determinen, pero no me preocupa mucho nada”.

Para hacer ¡Que viva México!, filme que considera su proyecto más ambicioso y se estrena el jueves en cines del país, Estrada se dedicó a investigar todo lo relacionado con la mexicanidad y la idiosincrasia del mexicano, volviendo desde ensayos como El laberinto de la soledad hasta filmes como Los olvidados.

“Me tomé muchos años investigando aquellas cosas que no sabía, las que ya sabía volverlas a revisar, a recordar, hacer base en aquellos libros que se habían quedado en mi cabeza, aquellos cuadros, películas, canciones, platillos, porque iba a hablar de por qué somos como somos los mexicanos, que representa hoy en estos tiempos, en este momento, en este país, ser mexicano. Decidí hacer una metáfora de nuestro país, de la sociedad de nuestros tiempos”, contó el también director de La ley de Herodes y Bandidos.

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