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‘La sociedad de la nieve’: ¿Qué harías tú si fueses uno de los pasajeros del vuelo 571?

La película "La sociedad de la nieve" resurge, revelando la lucha humana y la reflexión sobre la resistencia física y mental; se vincula el éxito en situaciones límite con el trabajo en equipo
  • Por Redacción
‘La sociedad de la nieve’: ¿Qué harías tú si fueses uno de los pasajeros del vuelo 571?

La magia inexplicable de volar: esos instantes antes del despegue cargados de nerviosismo e ilusión de un nuevo destino. Miras por la ventanilla, si has sido el afortunado del asiento A o F y el mundo se para. Sin internet, sin cobertura, solos tu yo interior y tú preparados para una nueva aventura. Volar es algo cada vez más frecuente, más de 4.000 millones de pasajeros viajan cada año con más de 26.000 aviones comerciales en el aire completando casi 50 millones de vuelos.

Sigues mirando por la ventanilla, y de repente un silencio abismal que paraliza todo. De los 26.000 aviones comerciales y de los 50 millones de vuelos, viajas en el vuelo 571 con destino Chile, y eres jugador de rugby del equipo Old Christians Club: eres uno más de la historia de LOS ANDES.

El ocio y el entretenimiento son dos pilares imprescindibles en el día a día: deporte, videojuegos, talleres o actividades diversas. Pero, siempre vinculados a un lugar o espacio físico que te permite desarrollar ese pasatiempo. Pero, ¿y si estás en mitad de la nieve sin un centro comercial o un casino donde disfrutar de tu tiempo libre? Ahí empieza el verdadero análisis intrínseco de la “Sociedad de la nieve”.

El taquillazo cinematográfico ha revivido 51 años después la historia de lo sucedido en el avión en Los Andes. Bayona, el famoso director de ‘El orfanato’, resucita de las cenizas más olvidadas los secretos más escondidos que vivieron las cordilleras de los Andes en 1972. Una especie de homenaje audiovisual que acerca al espectador la realidad escondida de lo que pasó con los supervivientes de los Andes.

Esta adaptación no solo ha revolucionado la industria cinematográfica, siendo nominada al BAFTA a mejor película en habla no inglesa y con los pies casi en los Oscar a mejor película internacional. Una llamada a la reflexión de aquel quien lo vea de cómo el cuerpo humano es capaz de sobrepasar límites impensables con tal de sobrevivir y salir adelante.

Los supervivientes de la historia real de Bayona pasaron un total de 72 días a una media de temperatura de 30º bajo cero a la intemperie. La fisiología del cuerpo humano cuenta con trucos que le permite adaptarse a cambios excepcionales tolerando situaciones extremas, mecanismo de defensa frente al calor o al frío. Por tanto, estamos ante una oda sensorial cinematográfica que enfatiza el instinto de supervivencia.

En este caso, los 16 supervivientes experimentaron en su cuerpo una mayor acumulación de sangre en el cerebro y el corazón para permitir el funcionamiento de los órganos vitales. Pero, el efecto colateral se aprecia en la contracción de los vasos sanguíneos hacia extremidades y la propia piel. A esto se le suma que en temperaturas por debajo de -25ºC, se corre el riesgo de perder la conciencia y dejar de respirar por congelación de tejidos y necrosis en menos de 20 minutos. Aunque es cierto que el cuerpo humano tiene mejor capacidad de adaptación a los descensos bruscos de temperatura que a las subidas drásticas del termómetro. Una historia total de supervivencia que llama a la reflexión de la importancia de cuidarnos en el día a día para poder hacer frente a situaciones de extrema necesidad.

La sociedad de la nieve es un ejemplo más de cariño y admiración por uno mismo. La capacidad de hacer frente a situaciones impensables donde el cuerpo entra en una lucha constante contra el enemigo más fuerte: la mente. En 72 días de exilio en la cordillera, Bayona reflexiona sobre la importancia del trabajo en equipo para el éxito del grupo.

Una historia humana que ha servido de inspiración a otros taquillazos como ‘Lo imposible’, también obra de Bayona, relatando la historia de una familia que se expone a un tsunami imprevisto en mitad de unas vacaciones de ensueño en Tailandia; “172 horas”, el alpinista atrapado en la ultratumba de los cañones de Utah en Estados Unidos; “Náufrago” con la historia del workaholic Tom Hanks en la isla desierta de Fiyi; “Everest”, la recreación basada en hechos reales en el grupo de escaladores aficionados que intentan subir al Everest o “El camino de vuelta”, la realidad de los siete prisioneros que escapan del campo de trabajo siberiano.

Además de estos éxitos de biblioteca, Netflix cada vez opta más por historias de supervivencia que despiertan en el espectador sentimientos de admiración, positividad y ganas de vivir. Ejemplos claros son la serie de “El juego del calamar”, “El plan del diablo”, “Sirenas, supervivencia en la isla”; “Zombieverso”, “Supervivencia en equipo” o “¿Quién es el topo?”. Historias cinematográficas, reales o no, con una moraleja de la vida que siempre causa interés en el espectador.

AM

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