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La princesa, una divertida muestra de girl power medieval

Joey King estelariza la nueva película del director Le-Van Kiet; la cinta pretende deconstruir los estereotipos de género a través de una narrativa de fantasía repleta de acción
  • Por Redacción
La princesa, una divertida muestra de girl power medieval

Ella yace plácidamente y en un escenario aparentemente de ensueño, almohadones y pétalos de rosa en la cama. Sin embargo, el despertar no es lo que prometía el entorno, grilletes en las manos y unos visitantes muy poco amigables lo evidencian de inmediato. A partir de ahí comienza una lucha para ir de lo más alto de la torre del castillo, a la plaza frente al mismo para salvar a su familia y a su reino.

En La princesa nos encontramos con un mecanismo a la inversa de aquel que presentara el legendario Bruce Lee en la película de El Juego de la Muerte (1978), donde ascendía para ir plantando cara a diversos rivales en cada uno de los pisos; y que aquí sirve para plantear la deconstrucción del estereotipo de princesa a través del género de acción mezclado con elementos de los cuentos de hadas, dejando de lado por supuesto, cualquier rigor histórico o cultural.

Conforme la chica interpretada por Joey King —a quien en breve la veremos también en Bullet Train—, avanza en su ruta de escape, el encaje de su vestido cae a pedazos, dejando que los flashbacks nos vayan revelando el porqué de sus habilidades, así como las convenciones sociales que le llevaron a estar frente al altar con quien ahora es la gran amenaza, y que por cierto tiene como cómplice a una bella y despiadada guerrera, papel a cargo de Olga Kurylenko —Quantum of Solance (2008), Black Widow (2021)—.

El paralelismo es simple, pero funcional en la búsqueda de ofrecer un modelo femenino acorde a nuestros tiempos dentro de las aventuras medievales ligeras, pese a que el resto de los personajes se presentan como estereotipos —el rey rígido en las tradiciones, la reina comprensiva y solapadora con la hija, los sirvientes fieles y sabios—, el desarrollo de la relación entre ellos es casi nulo, y el drama que rodea el recorrido principal está lleno de lugares comunes.

El ingrediente principal son los combates cuerpo a cuerpo, con base en secuencias trepidantes donde los puñetazos, las patadas y los lances que rayan en lo imposible, van a la par del uso de armaduras, espadas y similares, sacando provecho de las dificultades que representan los espacios pequeños, y cuyo armado se agradece que obedezca a una manufactura artesanal, reservando la cuestión digital para algunos escenarios, al igual que la poca reticencia con respecto a lo explícito de la violencia incluida.

Hay además un grado de humor y desenfado que, de forma muy conveniente, nos recuerdan que el asunto no debe tomarse demasiado en serio.

Está claro que en La princesa, película del director Le-Van Kiet que llega a Star+, el principal objetivo es el mero entretenimiento en la línea del cine de artes marciales, presentando de paso la normalización de otro perfil de protagonistas dentro del mismo, y que, sin ser sobresaliente, cumple con su cometido.

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