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Fernanda Aburto se inspira en su vida para saciar la sed oscura

La autora promociona su segunda novela, cuyos protagonistas están basados en diversos aspectos de ella; detalla que la historia aborda temas fuertes y necesarios que pueden incomodar a algunos lectores
  • Por Redacción
Fernanda Aburto se inspira en su vida para saciar la sed oscura

La escritora Fernanda Aburto presenta hoy en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería su segunda novela, La sed oscura (Alfaguara/Penguin Random House), primera entrega de su trilogía Hecha de sangre y tentación. En ella relata cómo la bruja Delanay decide adentrarse a un peligroso camino sombrío en busca de poder inigualable. Su camino se cruzará con el de Raziel, un joven que huye de su pasado, y Adler, un detective a quien le arrebataron al amor de su vida.

En entrevista con La Razón, la autora compartió que los tres personajes principales están basados en diversos aspectos de ella misma y adelantó que la novela debe ser leída con crítica y cautela, pues aborda temáticas fuertes, pero necesarias, que pueden incomodar a algunos.

¿Cómo concibes La sed oscura? Nace de una época bastante difícil para mí, donde tuve que reconocer esta oscuridad dentro de mí y mi camino espiritual, porque soy bruja. En la brujería tenemos muy establecido que la luz es muy importante, al igual que la armonía, la tranquilidad y la satisfacción, mientras que en la oscuridad guardamos nuestros miedos, inseguridades y heridas del pasado.

Cuando estaba adentrándome a esta historia sabía más o menos el camino al que me quería dirigir, pero como estaba viviendo ciertas complicaciones no podía enfocarme sólo en la luz. De ahí surge la idea de ¿qué pasaría si una bruja decide irse por el camino que no es el más conveniente y el que todo su aquelarre le dice que es peligroso?

¿Por qué decides que haya tres protagonistas? Son Delanay, la bruja que se adentra a la oscuridad; Raziel, un chico italiano que huye de su país para tener un nuevo comienzo, y Adler, un detective que acaba de perder al amor de su vida en un asesinato. De alguna manera me representan a mí: Delanay es tal cual mi alter ego, esa parte a la que, si le dan un poco de poder, se enferme de éste… además es una bruja muy sensual y segura de sí misma. Raziel representa mi bondad, ese impulso de querer ayudar a los demás y esas ganas de sanar; y Adler es esa parte de mí que siempre quiere justificar a sus seres queridos, ese amor ciego que no te permite ver la inmoralidad de los que amas.

Cuando estaba en este camino espiritual me di cuenta de que esas tres partes me conformaban y eran los principales obstáculos que tenía en mi camino para sacar mi mejor versión: tenía que luchar contra mi alter ego, ver qué tenía que sanar y dejar de justificar a las personas a mi alrededor para que estuvieran bien conmigo.

Fue muy difícil escribir a estos tres personajes y había ocasiones en las que yo como autora sí me proyectaba mucho en la historia, incluso tenía que hacer pausas, porque me alteraba emocionalmente. Traté de no tomármelo todo tan personal y de poner un límite de quién era yo quién esos personajes.

Aunque sitúas la hisotira en EU, le metes elementos mexicanos. Justamente quise tener una representación de mi bello México y Aimara, aunque no lo haya puesto explícitamente, es de Catemaco. También metí al personaje de Hernández, quien es la mano derecha de Adler.

La historia se desarrolla en Vermont, EU, porque hay una historia muy misteriosa de los orígenes de este pueblo, el cual es muy cercano a Salem. Muchas brujas se asentaron Vermont tras los juicios y, a la fecha, hay muchos avistamientos de magia ahí. Además, siempre he sido una bruja que se siente a gusto en el bosque, es uno de mis escenarios favoritos.

Hiciste a Raziel es muy cristiano… Él representa todo lo contrario a Delanay, es un chico virgen de 20 que viene de una familia sumamente cristiana. Él constantemente piensa en que si la religión es algo necesario o algo que va a salvar o corromper los valores de una persona. Lo hice así porque muchas veces no pensamos en la manera en la que una doctrina religiosa puede presionar a alguien a hacer lo que considera “bien”, por esa idea de persecución que tienen y de castigo en el infierno.

Parte de lo que van a descubrir los lectores es que la religión siempre ha estado ahí de manera inamovible, ver como Raziel se pone en una balanza de que si será bueno o malo, dependiendo de lo que le dice su familia o la iglesia… y parte de eso fue su decisión para irse de su país.

Quizá mucha gente me critique por esto y sé que el libro puede ser muy cancelable, pero los excesos en la religión también son muy peligrosos: muchos fanáticos religiosos no se dan cuenta de que sus creencias pueden lastimar a los demás.

¿Cuáles consideras que son las partes más cancelables de tu libro? Cuando le di el manuscrito a mi editora, lo primero que me dijo fue: “hay que poner advertencias al inicio, porque puede que no sea del agrado para muchos”. Hay por abordar el abuso sexual, el maltrato infantil, el animal, la transnistría… Incluso me preguntaron que si toqué esos temas por morbo o vender, pero lo hice porque hay cosas de las que muchos se niegan a escribir por el miedo a la crítica, pero para mí la literatura es una forma de rebelión, y que existan libros que toquen estas cosas que pasan todos los días es sumamente necesario, no puedes tapar el sol con un dedo ni con la moral. No es un libro para corazones sensibles.

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