Carnalismo, un retrato honesto y humano de la cultura Low Biker en la ciudad de Durango
En el reciente Festival Internacional de Cine de Monterrey se proyectó el documental mexicano Carnalismo, en el que su director, José Luis Cano, sigue a un grupo de personajes cuyas vidas giran alrededor de la cultura Low Biker; les apasionan las bicicletas modificadas, bailar cumbia presumiendo sus mejores pasos y juntarse en el barrio.
En entrevista para La Razón, el realizador confesó que “el documental inició como una curiosidad estética y no se había pensado como un documental, también tomo fotografías y soy muy curioso con las subculturas que existen en todos lados”. Un día el director le pidió a su amigo productor Jesús Vázquez que le presentara a la comunidad Low Biker de Durango y así comenzó lo que sería una película.
“Tenía mucha curiosidad, fui a conocerlos (a los personajes) y ya que los conocí hubo confianza, nos recibieron y nos platicaron anécdotas, descubrimos un poco de esta herida social que tratamos en el documental sobre los prejuicios y ahí fue cuando tuve el click de decir ‘esto es un documental y esto lo tiene que conocer la gente’, una cosa llevó a otra”, compartió.
“Justo cuando decidí acercarme a esa comunidad, el mismo productor fue la persona que tuvo la intuición de decirme ‘esta familia tiene algo interesante’ que contar, esta familia te puede platicar con más detalle sobre su cultura y sobre ellos mismos”, contó sobre los personajes que en cierta forma terminaron convirtiéndose en los protagonistas de su historia, llevando el hilo de esta a través de sus intervenciones y compartiendo detalles tanto de sus vidas como de sus gustos.
“Pensé en que ellos (los personajes principales) serían las personas que nos mandarían este mensaje y que todos sufren, en verdad no fue muy difícil encontrar a los protagonistas porque desde la idea del documental nació por ellos y más bien la cuestión era tratar de adentrarnos y siento que aquí lo complicado fue entrar en una dinámica de rodaje y estar el equipo existiendo al lado de ellos, y la familia principal siempre fue muy dispuesta en la grabación”, continuó. Entre el grupo que vemos, el director resalta a un encargado de arreglar y modificar bicicletas, a un rapero local y a sus familiares, así como sus amigos.
Mientras vemos a los personajes juntándose en la calle para convivir, bailando cumbia y trabajando, algunos comparten cómo han sido víctimas de prejuicios por su forma de vestir y sus tatuajes, sincerándose y sacando su lado más humano. “Para mí la razón (de mostrar a este grupo de personas reales) es bastante simple: son humanos. El hecho de que los volteen a ver feo, les saquen la vuelta o les digan ‘me vas a robar’ son comentarios hirientes que a cualquier persona de cualquier clase social o de cualquier tribu urbana no le gusta que le hagan”, señaló.
“Más que nada queríamos mostrar que no hay que juzgar a alguien por su apariencia y hay que dejar muchos estereotipos del pasado, hay que avanzar y pensar que todos somos humanos, en lugar de juzgar hay que tratar de conocer individualmente a las personas y no hablar por una comunidad porque hasta los comentarios pequeños lastiman”, apuntó, haciendo énfasis sobre sus personajes vestidos como cholos en que al final todas las personas tenemos sentimientos sin importar cómo se vistan o los tatuajes que tengan, o cómo lleven el cabello.
Con Carnalismo conocemos más de la cultura Low Biker al mismo tiempo que recordamos que no debemos juzgar a alguien por su apariencia.
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