Calabozos y Dragones: Honor entre ladrones ¿Por qué ver la divertida y fantástica película?

Pensar que sólo bastaba con que dejaran de tomarse tan enserio, para que después de la fallida propuesta dirigida en el 2000 por Courtney Solomon, por fin entregaran un acercamiento satisfactorio a "Calabozos y Dragones: Honor entre ladrones".

En "Calabozos y Dragones: Honor entre ladrones" es la comedia ligera la que hace explotar el espíritu lúdico que caracteriza de origen al concepto que irrumpiera en los 70, para que en combinación con la apertura de convenciones que permite la naturaleza extraordinaria de la fantasía, y manteniendo la estructura de los juegos de rol, se presenten variantes de arquetipos llenas de frescura y mucho más acordes con la necesaria equidad de género y diversidad de nuestra época.

Para ello el director John Francis Daley cuenta con un elenco que encuentra la química inmediata a través de la veteranía en esta lides que aporta un Chris Pine moderado en lo humorístico de la bribonería, una Michelle Rodríguez enfocada y siempre solvente en las escenas de acción, y un Hungh Grant que vaya que sabe sacar provecho de ese histrionismo autoparódico con el que se ha ido convirtiendo en un personaje en sí mismo.

Hay que decirlo, la travesía de este grupo de ladrones caídos en desgracia cuya reinvindicación vía un atraco imposible va ligada con el recuperarse como familia en medio de extrañas tabernas, aldeas coloridas, fortalezas con trampas arcanas y poderosos objetos místicos, recurre a los mecanismos usuales con todo y su “momento Han Solo” incluido, y por lo mismo se vuelve algo predecible.

Sin embargo, la agilidad del desarrollo que evita los rodeos mantiene su fuerza como entretenimiento. Además, el desenfado en los pequeños detalles que le dan identidad, los absurdos escapes, la peculiar preferencia romántica de la guerrera, y el diseño de las criaturas que no teme mezclar la sátira y la ternura con lo amenazador, la hacen muy disfrutable.

Aunado a lo anterior, hay una renuncia a pretensiones filosóficas dentro del discurso con base a la insólita mitología medieval del universo al que pertenece, apostando más por una interpretación tradicional de los conceptos de magia, alquimia y criptozoología, para priorizar el mensaje acerca de los vínculos entre padres e hijos, y vestirse con la candidez de los relatos épicos infantiles y los viejos cartoons a los que por cierto apunta con un par de entrañables y nostálgicas referencias, terminando así de redondear una aventura divertida y con encanto.

Sin duda las sagas de "Piratas del Caribe" y "La Momia" bien podrían encontrar en "Calabozos y Dragones: Honor entre ladrones" a una digna sucesora.

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