Blue Beetle, el regreso del superhéroe con un tono mexicano
Alcázar; refleja la importancia de la familia
Esta vez Warner y DC van a lo seguro con la llegada a la pantalla grande de Blue Beetle —que debutó en los cómics en 1939—, como si hubieran tenido el guion guardado durante décadas sacan del cajón esta propuesta que nos trae de regreso aquellos acercamientos fílmicos a los superhéroes realizados en los años 90, con todo lo que esto implica.
La película va de clichés y lugares comunes dentro de una trama predecible, pero gracias a la falta de falsas pretensiones, así como el oficio en la manufactura, tiene cierto encanto como historia de origen, amén de que después de tantos años la visión hollywoodense con respecto a la cultura mexicana con la que va revestido el personaje, es un poco más amplia y evita caer del todo en el “folclorismo”.
La trama sigue los pasos de un joven que después de graduarse regresa a casa sólo para enfrentar la precaria situación económica de sus padres, hermana y compañía. Por azares del destino es elegido por un artefacto alienígena que le da acceso a una armadura ultratecnológica y al legado de un legendario vigilante desaparecido. Todo mientras una perversa corporación, que esconde que sigue con la producción armamentista, busca hacerse del objeto.
De esta forma se da comienzo al recorrido por situaciones que van del descubrimiento a la adaptación del protagonista en su nueva condición de superhéroe involuntario, presentando un extravagante diseño en cuanto a armas, vehículo y guarida, al más puro estilo temático de los cartoon clásicos, sacando provecho de las posibilidades actuales en efectos especiales para explorar la espectacularidad, pero sin llegar a los artificiosos excesos como la fallida Ant-Man and Wasp: Quantumania (2023).
Todo va sustentado en un discurso con un mensaje importante sobre la familia, rasgo que a ojos estadounidenses parece ser lo único que distingue a los latinos; mismo que tiene como punto interesante el contraste con la estructura rota que en ese sentido aquí viven los antagonistas anglosajones.
Son curiosas y a veces entrañables las referencias a la cultura popular de nuestro país, que incluye guiños a iconos fílmicos y del entretenimiento televisivo, entre una conjunción verosímil del idioma inglés y el español aderezada con chistes ligeros, aunque alguien tendría que haberles avisado de cuestiones de temporalidad: para que la abuela interpretada por Adriana Barraza —quien se convierte en uno de los personajes más llamativos— hiciera lo que plantean, tendría que tener más o menos unos 120 años.
Blue Beetle, del realizador puertorriqueño Ángel Manuel Soto, tiene dos escenas poscréditos, una de las cuales nos deja pensando que ante la simpleza de la fórmula con tufo a película de finales de siglo pasado y los ingredientes de comedia, bien pudo haber sido protagonizada por ese viejo superhéroe cuyo escudo es un corazón. La cinta ya está en los cines.
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