Así se vivió el concierto de Patti Smith y Soundwalk Collective en la CDMX
La llamada "madrina del punk", Patti Smith, regresó a México, ahora en compañía del proyecto multidisciplinario Soundwalk Collective como parte de la celebración por el 20 aniversario del festival MUTEK. El grupo de artistas se presentó la noche del viernes 1 de marzo en el emblemático escenario de un Teatro de la Ciudad Esperanza Iris completamente lleno, para mostrar "Correspondances", un performance inmersivo que ha sido desarrollado durante una década y se ha presentado anteriormente en países como Holanda, Portugal, Grecia y Colombia.
Visuales experimentales, poesía con mensajes fuertes, sonidos análogos y diversos ritmos musicales se combinaron a la perfección en lo que resultó una experiencia artística bastante completa, a lo largo de cuya duración los presentes pudieron viajar a través de una montaña rusa de sensaciones variadas, que también les permitió reflexionar acerca de diversas situaciones de importancia para el mundo entero, incluyendo problemas ambientales, la pérdida y los conflictos de la humanidad.
Los asistentes fueron recibidos con un anuncio en la pantalla al fondo del escenario, que advertía que el show sería grabado para documentar la visita a México de la cantante y el colectivo, y con el que se invitaba al público a compartir los videos y las fotos que tomaran en el mail [email protected].
Apenas pasadas las 20:20 horas, se apagaron las luces del teatro y todo el lugar se quedó aguardando en completo silencio. Patti Smith apareció minutos después entre aplausos, luego se escuchó el canto de pájaros y ella comenzó a recitar un poema, complementado por un video que mostraba aves disecadas. Los sonidos cambiaron, acompañados ahora por escenas de lluvia, un grupo de niños y lugares afectados por radiación.
Por momentos la artista intercalaba su poesía con fragmentos que cantaba a capela. Después, con un fondo musical desconcertante que parecía sacado de una película de suspenso, aullidos de lobos y el sonido de hielo quebrándose con alguien raspando un bloque de hielo en el escenario cual si se tratase de un instrumento musical; la famosa invocaba al príncipe de la anarquía y hablaba de la naturaleza caótica en otra intervención.
Las lágrimas de los inocentes fueron denunciadas con una voz inquietante en otra parte de la presentación. Smith cantó posteriormente, transmitiendo cierta tristeza con cada palabra que interpretaba. El recital continuó con un tono más ceremonial y a la vez sepulcral, ante la admiración de los presentes que escuchaban con atención a Patti compartiendo en voz alta sus distintos pensamientos.
Con escenas en apariencia sacadas de una vieja película, acompañadas de diálogos apenas perceptibles, y una claqueta de cine que indicaba, entre otros datos, el número de toma; otro de los fragmentos del espectáculo fue llevando a la audiencia a lugares más oscuros en los que puede predominar el deseo carnal, llegando así a una especie de clímax de la velada, tras el cual la icónica artista se dirigió al público para agradecer su asistencia y compartir que era un día especial para ella porque ese día en 1980 se casó con el fallecido músico Fred “Sonic” Smith.
Esta presentación artística-audiovisual-poética no fue el concierto que tal vez muchos pensaban que sería; sin embargo, logró ser algo mejor y más innovador que no decepcionó a ninguno de los asistentes que se mantuvieron en silencio y sin aplaudir durante el tiempo en el cual se llevó a cabo con "Chernobyl", "The Prince of Vanity" y "Medea", siendo algunos de los episodios en los que se dividió con Patti Smith recitando.
"Because the Night" marcó el cierre ideal para una noche sumamente especial, en la que la artista terminó interpretando una versión acústica de uno de sus mayores éxitos con sus fans coreando junto a ella.
Patti Smith y Soundwalk Collective ofrecieron un espectáculo audiovisual simplemente maravilloso, además de visceral, con el que dejaron absolutamente complacidos a los afortunados que lograron asistir.
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