Armas Blancas, una mirada lejos del adultocentrismo
En Armas Blancas, la directora mexicana Mariana Musalem se aleja del adultocentrismo para sumergirse en la perspectiva de las niñas y los niños que protagonizan su ópera prima. La cinta tuvo su estreno nacional en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés), en donde, de acuerdo con la cineasta, el público quedó conmovido y ansioso de recomendar esta historia.
Armas Blancas sigue a Valeria, una pequeña de 10 años que atraviesa por el distanciamiento de su mejor amiga, al mismo tiempo que experimenta su primer amor. La escenografía de su historia está compuesta por los problemas que atraviesan sus padres y los adultos que la rodean, pero el foco está puesto en cómo ella vive esta etapa de su vida.
En entrevista con La Razón, Mariana Musalem, directora del largometraje, señaló que la intención de hacer una película desde la perspectiva de las y los niños surgió de la escasez de producciones para ese tipúblico.
“Descuidamos a esa audiencia o la subestimamos un poco y creo que es importante educar a ese público infantil y que vean otro tipo de temas, u otro tipo de películas”, dijo.
“Quería hacer una película que fuera totalmente desde el punto de vista de los niños, de lo que les está pasando; y no que fueran testigos de lo que les está pasando a los adultos”, apuntó la cineasta, quien estuvo presente en la primera proyección de Armas Blancas en México.
La cineasta detalló a este diario que la historia está inspirada en vivencias propias y experiencias que algunos amigos le contaron.
Además, reveló que intentó hacer una cinta sensorial, que transmitiera el sentimiento de despedir poco a poco a la inocencia para recibir a las mariposas que revolotean en el estómago cuando alguien nos gusta por primera vez.
Asimismo, confirmó que la película de horror Veneno para las hadas —estrenada en salas de cine en 1986—, del director mexicano Carlos Enrique Taboada, fue una referencia técnica para crear la atmósfera alejada del mundo de los adultos.
“Antes de hacer la película, antes de empezar a rodar, vi muchísimas películas sobre niños, para niños y sí, Veneno para las hadas sí fue una referencia que ya en el rodaje fue un poco inconsciente”, dijo Musalem a este diario.
“Quería que los papás estuvieran desdibujados, que no tuvieran nada que ver con el mundo de los niños, y en el rodaje se volvió que literal se les vieran muy poco las caras”, agregó la cineasta de origen oaxaqueño, quien se dijo feliz de estar en el GIFF y de que la cinta que rodó en 2019 por fin llegara al público.
Armas Blancas debutó en el BUFF Malmö Film Festival de Suecia —realizado del 11 al 17 de marzo pasado—, pero tuvo su estreno nacional en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF).
Respecto al recibimiento del público nacional, Mariana Musalem dijo: “Les pareció una historia muy tierna y yo sí les había advertido que estaba hecha con amor y ternura. También están ávidos de poder recomendarla y poder verla en otros festivales o salas de México”.
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