Adiós a Meche Carreño, el símbolo erótico del cine mexicano
Meche Carreño, actriz, productora, argumentista y símbolo sexual que llevó al cine mexicano un fuerte erotismo nunca antes visto y que cuestionó y rompió con la mojigatería de los años 70, falleció ayer a los 74 años.
La noticia la dio a conocer el Azteca Noticias, emisión que detalló que la artista perdió la vida a consecuencia del cáncer de hígado que padecía. Asimismo, su familia dio a conocer que había sido hospitalizada hace cuatro días en Estados Unidos, debido a una anemia.
Meche Carreño afirmaba que la belleza era una cuestión interna y señalaba que la sensualidad con la que cautivó a cineastas, como Emilio El Indio Fernández, Francisco del Villar y Gonzalo Martínez Ortega, además del público, era percepción de quienes la veían en la pantalla y no de ella.
Y es que era imposible no ser hipnotizado por su actuación e imagen, pues el crítico cinematográfico Gerardo Gil explicó que Meche Carreño rompió con todos los arquetipos femeninos para establecer el suyo, el cual se caracterizó por lo provocador y la naturalidad de su energía sexual.
“Meche Carreño fue una actriz que reflejaba y emanaba un erotismo nunca antes visto dentro del cine mexicano: en aquel momento, en los 70, esta explosión sexual era algo nuevo en un personaje femenino y ella impactó no sólo por ser provocadora y porque sus películas más importantes tuvieron gracias a ella una fuerte carga sexual, sino porque creó el arquetipo fílmico ‘mechecarreniano’”, señaló.
“Su arquetipo fue inédito: era el de la mujer liberada sexualmente de manera salvaje, originaria y primigenia… fue un símbolo de la naturalidad erótica, que cuestionó el rol conservador de la mujer en el cine, desde una perspectiva no necesariamente ideológica, sino de manera puramente sexual”, abundó el especialista y académico.
Meche Carreño nació en Minatitlán, Veracruz, en 1947; en sus inicios colaboró con Alejandro Jodorowsky, en sus conocidos “Efímeros pánicos”. Posteriormente incursionó en el modelaje, por lo cual fue conocida como “la chica del monokini”, y tras ello debutó en el teatro con Carlos Ancira en la obra El hombre y su máscara.
A finales de los 60 fue cuando Meche Carreño debutó en el cine haciendo pequeños papales. Cuando se casó con el fotógrafo José Lorenzo Zakani crearon la productora Uranio Films, con la cual realizaron Damiana y los hombres (1967), basada en un argumento escrito por Carreño y dirigida por Julio Bracho. Este filme la convirtió instantáneamente en un símbolo sexual.
A lo largo de su carrera, la veracruzana actuó en cerca de 25 películas, entre las que destacan Los perros de Dios (1973) de Francisco del Villar y por la cual recibió su primera nominación al Ariel.
Un año después se estrenó La Choca, legendaria película que hizo bajo la dirección del Indio Fernández y por la cual ganó su primer y único Ariel, en la categoría de Mejor Coactuación Femenina.
Otras de las películas importantes de Meche Carreño son La sangre enemiga (1971) y La inocente, ambas bajo la dirección de Rogelio A. González; La otra virginidad (1975), de Juan Manuel Torres, y La zona roja, en la que volvió a trabajar con el Indio Fernández.
La actriz se retiró súbitamente en 1980 y hasta la fecha se desconoce a ciencia cierta cuál fue la razón. “Sin embargo, el que dejara la actuación hizo se consolidara como una leyenda fílmica y terminó de forjarla como un mito erótico y sexual que es”, destacó Gerardo Gil.
El especialista agregó que, pese a que Carreño forjó su propio e icónico arquetipo fílmico, en la actualidad su trabajo sería rechazado por el moralismo político que existe en los medios masivos y el entretenimiento.
“Hoy sería mal visto lo que ella hizo en los 70, y para referirse a ella se emplearían términos como la ‘cosificación’ y sus símiles. Y si bien, en esos años faltaba mucha apertura, aún así Meche Carreño impactó para bien, pero actualmente sería de cierta manera satanizada, pues la sexualidad es muy mal vista en el cine, si no responde a ciertas pulsiones políticas”, finalizó.
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