A plena luz: El caso Narvarte: ¿Por qué ver el documental sobre el múltiple asesinato de 2015?
En un país que prácticamente asume y normaliza su padecimiento de memoria corta, se vuelven fundamentales los documentales que aterrizan, estructuran y exponen los testimonios de las infamias cometidas a la sombra de la corrupción y la ineficiencia, que funcionando como un ineludible recordatorio, responden a la necesidad de ponerle rostro a las víctimas que usualmente solo pasan a ser números para engrosar las estadísticas.
Eso es precisamente lo que hacen en A plena luz: El caso Narvarte, película de Netflix acertando al atender de inicio a una de las víctimas, Olivia Alejandra Negrete, quien por la naturaleza de su trabajo como empleada doméstica, apenas era referida dentro de los procesos policiacos y la vorágine mediática, en un ejemplo más de los distintos niveles de clasismo que permean nuestro contexto. A esto hay que agregar el subsecuente énfasis en la modelo Mile Virginia Martín, otra de las mujeres ejecutadas, que evidencia el como su nacionalidad da pie para la estigmatización, lo que además alcanza a la también asesinada Yessenia Quiroz, se convierte en una trampa para la opinión pública, y un subterfugio que permite a las autoridades desviar la atención correspondiente a la búsqueda de los perpetradores intelectuales.
Por supuesto, se mantiene la directriz sobre el hecho de que entre los muertos están la activista Nadia Vera y el fotoperiodista Rubén Espinoza Becerril, de quienes se dimensionan sus circunstancias y motivaciones como desplazados políticos, recurriendo a entrevistas de colegas, amigos y familiares, pero sobre todo al uso de material de archivo con declaraciones de ellos mismos, el cual da fe de su compromiso social, y se articula para mantener la carga humana dentro de la estructura que disecciona la investigación oficial, consignando sus deficiencias que rayan en el absurdo.
Esto último abarca la segunda mitad de la película que, plagada de documentos con registros de llamadas, supuestas confesiones, además de los videos de las cámaras de vigilancia, va dotándole de un mayor protagonismo a la recreación de lo que se deduce que pudo haber sucedido, la cual al estar realizada a través de maquetas que desde un principio ya se venían intercalando con dramatismo como parte de los códigos de la propuesta, se convierte en un mórbido y esclarecedor artificio.
A plena luz: El caso Narvarte presentada por Netflix, pese a que por momentos cae en lo repetitivo y pierde el ritmo, es un ineludible llamado de atención sobre el como la maquinaria institucional sigue solapando el feminicidio y el asesinato de periodistas y activistas. La dirección es de Alberto Arnaut, cuya habilidad y pulso firme ya había quedado patente con Hasta los Dientes, documental que empujó al estado a ofrecer disculpas públicas por lo sucedido con los alumnos del Tecnológico de Monterrey, quienes fueron acribillados por el ejército e inculpados como narcotraficantes en 2010.
KR
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