'El Candidato Honesto', en esta comedia no hay engaño
Contrario a la burla que plantea su título, esta película sobre un candidato a la presidencia de la República, corrupto y aprovechado, que debido a la hechicería y con las elecciones a la vuelta de la esquina, se ve obligado a ser honesto; para bien y para mal cumple lo que promete.
Se trata de una funcional comedia de fórmula armada con base a estereotipos, incluyendo los lugares comunes en la selección musical -aunque por lo general efectivos -, que consigue la conveniente contextualización de una premisa popularizada por el cine Hollywoodense -dígase Mentiroso, Mentiroso (1997) por ejemplo- aludiendo a la cultura popular mexicana con todo y brujos de Catemaco, y obviamente a la familiaridad de la sátira política que, pese a que las claras referencias a la vieja y actual historia de nuestro país podrían haberle convertido solo en un puñado de chistes locales, gracias a la ligereza de su humor y la agilidad del ritmo logra disimular ciertas incongruencias hasta alcanzar la universalidad suficiente para ser entretenida y simpática por el mero chiste.
Sin duda la India María -El que no corre vuela (1982), Ni Chana, ni Juana (1984)- y Chespirito -El Chanfle 2 (1982), Musica de Viento (1988)- cuya influencia aquí es confirmada por las animaciones de los créditos finales muy al estilo de los afiches con los que se promocionaban sus películas; estarían orgullosos de esta puesta al día de la tradición humorística que consolidaron yendo y viniendo entre la televisión y la pantalla grande, la cual incluso todavía hizo eco años después en producciones como Verano Peligroso (1991), y que más allá de la mirada de menosprecio que provoca en el sector de ínfulas intelectuales, es innegable que lograba una conexión inmediata con el gran público y gracias a ello en su momento le dio aliento a las últimos estertores del cine mexicano en las salas, previo a una de sus peores crisis.
En cuestión técnica no hay nada sobresaliente, pero tampoco algo que grave que pudiera reclamársele, está manufacturada con oficio y sin meterse en mayores complicaciones como propuesta o concepto. Por supuesto Adrian Uribe -Infelices para siempre (2023)- se enfoca en lo que sabe hacer, pero esta vez aprovechando un personaje a modo para mantener su manejo de la gestual en los límites de la caricatura y sin llegar a su acostumbrado estilo al borde del esperpento.
Así entonces, El Candidato Honesto dirigida por Luis Felipe Ybarra, no engaña a nadie, es lo que se ve desde el tráiler, y tampoco es que le pida mucho a las convencionales películas de comedia protagonizadas por los Adam Sandler -Son como niños (2010)- o los Rob Schneider -Gigoló por accidente (1999)- tan exitosas en nuestro país, e incluso se hace acompañar de un discurso que en cierta medida las supera en trasfondo.
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