"Última gira de Sabina me sumerge en un océano de tristeza"
Mara Barros, quien ha sido corista del cantante español Joaquín Sabina durante 15 años, a cinco meses de la gira de despedida del intérprete, confiesa que no quiere decir adiós y saber que será el último tour la llena de una total tristeza, pues además de que ha cumplido uno de sus mayores sueños, colaborar con el artista, él es el “culpable directo” de su amor por la música mexicana, a la que le rendirá homenaje en un concierto en solitario hoy en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
“Saber que es la última gira me sumerge en un océano de tristeza, porque no quiero. Siempre soñé con trabajar con Sabina, ya no le pido nada más a la vida, porque a nivel personal de él se aprende en cada conversación, en cada gesto”, expresó Mara Barros, quien desde 2009 es la corista del intérprete de “Calle melancolía” y con quien ha estado en giras como Vinagre y rosa, Dos pájaros contraatacan, La orquesta del Titanic, 500 noches para una crisis y Lo niego todo.
Mientras llega a México, en febrero del próximo año, el agridulce tour del cantante de “A la orilla de la chimenea”, Mara Barros presenta en la capital del país su último disco Me nace del corazón, un material en el que rinde tributo a temas del cancionero mexicano, como “En el último trago”, “Un mundo raro”, “Amor eterno”, “Volver volver” y “Ojalá que te vaya bonito”, además adelantó, dará una probadita de la música de Sabina, en la que no faltará el emblemático “Y sin embargo te quiero”, una de las interpretaciones más icónicas que ha hecho con el bardo español.
“Más concretamente con la música mexicana el culpable directo fue Joaquín Sabina cuando me llevó por primera vez a la Plaza Garibaldi y al Tenampa y vi esta locura: mariachi, que además tiene este tinte dramático, sobre todo rodeado de tequila, con tantas personas a tu alrededor, descubrí algo único y mágico que me cautivó desde el principio”, dijo la intérprete, quien tuvo su primer contacto con la música de nuestro país mediante Rocío Dúrcal, Armando Manzanero y, por supuesto, Chavela Vargas.
Confesó que desconocía a Juan Gabriel y José Alfredo Jiménez, pero de éste último quedó totalmente cautivada.
“De José Alfredo Jiménez me impresiona cómo puede escribir algo tan profundo y poético, y que a su vez forme parte de la historia de un país, que forme parte de un cotidiano. No lo había escuchado y me cautivó el personaje sobre el artista, porque me siguen emocionando sus canciones a través de Chavela Vargas, como dice Sabina: ‘Quién pudiera reír como llora Chavela’ y ‘las amarguras no son amargas cuando las canta Chavela Vargas’”.
En este álbum, Mara Barros quiso darle su sello personal y el de Andalucía, lugar en el que encuentra paralelismos con la música mexicana, pues si bien con el flamenco esos elementos trágicos la hacen querer tomar una copa de vino blanco, con el corrido se bebe un tequila.
“Son himnos muchos de ellos, ‘El último trago’, ‘Ojalá que te vaya bonito’, ‘Un mundo raro’, ‘Amor eterno’, son para mí un reto bastante grande, porque decidí huir del tópico habitual al versionar esta música, que es contratar un mariachi, he extrañado el mariachi, porque me cuesta concebir estas canciones sin él, porque las disfruto en el Tenampa, pero he tratado de darle mi sello personal, al cambiar el tempo pierde el matiz trágico”, dijo Mara Barros quien dice que aunque aún haya puristas de la música, ella prefiere las fusiones.
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