Smith consigue el título en el Abierto Británico
El escenario en St. Andrews estaba puesto para Rory McIlroy.
El momento terminó siendo para Cameron Smith, quien se llevó la jarra de plata del Abierto Británico tras la mejor última ronda registrada en la historia del Old Course.
Smith amaneció rezagado a cuatro golpes del liderato. Todo el mundo ansiaba ver a McIlroy poner fin a su sequía en las grandes citas y completar una semana de festejos en la cuna del golf al albergar la edición número 150 del torneo. Smith estaba tres golpes detrás al entrar en la segunda parte del recorrido.
Con su mágico putter, el australiano se robó el protagonismo al embocar cinco birdies seguidos al abrir los últimos nueve hoyos y después mostrar tremendo aplomo al final.
“Ganar un Abierto como tal debe ser la nota más sobresaliente de un golfista en su carrera”, dijo Smith. “Hacerlo en St. Andrews es sencillamente increíble”.
En las 29 ocasiones previas que el torneo más antiguo de golf se escenificó en St. Andrews, ninguno de los campeones logró cerrar con un 64. Smith firmó una tarjeta final de 268, 20 bajo par, una anotación récord en el Old Course y que emuló la anotación más baja en los majors.
“Me ganó alguien mejor esta semana. Salir y conseguir un 64 para ganar el Abierto en St. Andrews es alucinante. Me saco el sombrero ante Cam”, dijo McIlroy.
Smith superó por un golpe a Cameron Young, quien embocó un eagle desde 15 pies en el último hoyo para igualar el liderato por un breve momento.
McIlroy se desdibujó con su putt al inicio. No pudo acercarse lo suficiente en los últimos hoyos. Su mejor oportunidad fue cuando intentó lograr el birdie desde 15 pies en el 17º, y lo falló por muy poco al irse desviado por la izquierda.
Smith, quien salvó par en el 17º con un putt desde 10 pies, quedó al frente en el green del 18º para ejecutar el golpe de despeje. Desde 80 pies, dejó la pelota en una posición inmejorable y consiguió el birdie que le dejó con un acumulado de 268 golpes, 20 bajo par.
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