¿Qué significa el 304 que Lamine Yamal hace con sus manos al celebrar un gol?
Se convirtió en el jugador más joven en jugar una Eurocopa, en el más joven en anotar en una Eurocopa y podría ser el más joven en ganar una Eurocopa, si es que este domingo la selección de España logra vencer a su similar de Inglaterra en la final de este torneo.
Lamine Yamal sigue causando furor no sólo en Europa sino a nivel mundial, porque la calidad futbolística que tiene provoca que este tipo de logros le lleguen a una edad a la que deberíamos estar acostumbrados ver nacer a las estrellas.
Este joven que hoy cumple 17 años -sí, un día antes de jugarse la final de la Euro- tiene bien claro de dónde viene y lo tiene mucho más claro de lo que muchos podríamos pensar. Si no nos crees, entonces te invitamos a leer el por qué de su celebración con el número 304 que construye con sus manos, cada que logra un gol.
Lamine Yamal es hijo de padres de origen marroquí y ecuatoguineano. Se establecieron en Rocafonda, un barrio ubicado en Mataró, en Espluques de Llobregat, a unos cuántos kilómetros de Barcelona. El 304, es la terminación del número postal de Rocafonda, el lugar en donde Lamine Yamal practicó desde muy pequeño el futbol.
Ese lugar, si bien lo hizo amar al balón y todo lo que conlleva, no sólo lo hizo convertirse en futbolista, sino también aprender los valores que lo han formado como ser humano desde que era un pequeño. Más pequeño que ahora, pues.
Ese 304 que dibuja con sus manos, nos da cuenta de un joven que no olvida el lugar en el que creció, el lugar en el que sus padres, siendo migrantes, edificaron un hogar y lo apoyaron para que pudiera cumplir su sueño de llegar a la Masía y ser un gran referente del Barcelona y de la Selección Española.
Lamine Yamal ya es un ídolo y ejemplo a seguir para los niños y jóvenes de Rocafonda que lo ven jugar en el estadio o en la televisión. Recientemente se hizo viral una fotografía en donde una decena de niños imitan con las manos el 304 que hace el jugador blaugrana cada que mete un gol, para recordar el lugar en donde creció.
El ejemplo que tienen que dar los futbolistas ahí está, en la figura de Lamine Yamal, quien demuestra que no importa de dónde vienes, sino de apuntar hasta lo más alto del cielo para algún día no sólo alcanzar las estrellas, sino convertirte en una de ellas.
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