México vuelve a fracasar y pierde otra final contra Estados Unidos; nunca ha ganado la Nations League

La Selección Mexicana volvió a sufrir ante Estados Unidos y de nueva cuenta cayeron, ahora por 2-0, en la final de la Concacaf Nations League, trofeo que se le sigue negando al equipo azteca y del cual Las Barras y Las Estrellas se convirtieron en tricampeones.

Más preocupante aún es que México no puede vencer a su acérrimo rival desde 2019, cuando golearon 3-0 en un compromiso amistoso con dianas de Javier Chicharito Hernández, Érick Gutiérrez y Uriel Antuna. Además el Tricolor suma siete juegos seguidos en que no supera a los norteamericanos.

Esta es de las últimas pruebas de Jaime Lozano y México antes de disputar la Copa América.

La escuadra estadounidense, dirigida por Gregg Berhalter, desplegó un futbol efectivo y vistoso, ayudado por sus amplio plantel de jugadores en Europa, pero en clubes de élite como el AC Milán, el Borussia Dortmund, la Juventus, el AS Mónaco, etc.

Estados Unidos ratificó su hegemonía en la Liga de Naciones de la Concacaf, tras revalidar los títulos del año pasado y de la primera edición del torneo, cuando venció 2-0 a Canadá y 3-2 en tiempos extra a México, respectivamente.

El primer tiempo fue un calvario para México, que no tuvo un disparo que pusiera en peligro el arco de la escuadra anfitriona, la cual dominó las acciones y tuvo que esperar hasta el cierre de los primera parte para romper el cero.

Tyler Adams, centrocampista del Bournemouth de la Premier League, anotó un golazo al minuto 45, disparó de fuera del área y venció a Memo Ochoa, quien parece que pudo hacer más en la acción.

El gol confirmó lo que estaba pasando en el trámite del duelo, pues Estados Unidos cuando atacaba se veía ampliamente superior a México, además que en fase defensiva era sólidos, contrario al equipo que comanda Jaime Lozano.

Para el segundo tiempo y con la presión de darle vuelta, no solo al marcador, sino al control del duelo, se esperaban cambios mexicanos, pero el estratega del Tricolor no movió sus piezas y le brindó la confianza a sus 11 iniciales.

Jaime Lozano pagó caro el estirar el ingreso de piernas frescas, ya que Giovanni Reyna al 63 marcó el temible dos a cero, marcador que de inmediato impactó en el ánimo de la Selección Mexicana.

Al minuto 72 parecía que el cuadro azteca tendría un poco de esperanza, pues en una jugada dentro del área pareció haber un golpe sobre Santiago Giménez, quien entró de cambio para intentar descontar la pizarra.

El árbitro de primera señaló el penalti, sin embargo, el VAR mandó a revisar la acción y se determinó que no había infracción, e incluso se amonestó al ariete del Feyenoord, pues fingió un golpe cuando nunca hubo contacto.

Desde antes del cotejo el panorama no lucía alentador para México, ya que el delantero Julián Quiñones salió afectado en las semifinales del torneo ante Panamá y no se encontraba al cien por ciento para empezar la final.

Esta noticia sin duda afectó al Tricolor, ya que el jugador del América fue uno de los más peligrosos en la antesala del duelo por el título. Su lugar lo tomó Hirving Chucky Lozano, quien ni en el PSV ni en la Selección Mexicana ha rendido como se esperaba.

La inoperancia de México generó que la afición tricolor que estaba en el AT&T Stadium cayera en la desesperación y realizaran el grito homofóbico ante el portero estadounidense Matthew Turner, quien milita en el Nottingham Forest de la Liga Inglesa. El juego de detuvo un par de veces por lo mismo.

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