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Además de ser buenazas... Razones para voltear a ver el futbol femenil

Las futbolistas, aun con las brechas de género que existen, se abre paso en un deporte dominado históricamente por hombres 
  • Por Redacción
Además de ser buenazas... Razones para voltear a ver el futbol femenil

Después de más de una década de no conseguir un triunfo ante Estados Unidos en la rama femenil, México se impuso a su similar de las barras y las estrellas con un contundente 2-0 en la Fase de Grupos de la Copa Oro Femenil, la primera que se hace en la historia. Lizbeth Ovalle y Mayra Pelayo orquestaron esa victoria que la prensa estadounidense calificó de "histórica" y "sorpresiva".

La Selección Femenil de futbol se encuentra a un paso de la final de este certamen y no es casualidad. Aún con la brecha de género y la salarial, entre otros aspectos, las futbolistas mexicanas han ido abriéndose paso en un deporte históricamente dominado por hombres, pero que ya desde hace tiempo -poco o mucho- comienza a ser visible para un mayor sector de la población. El futbol femenil, a nivel mundial, es ya una realidad, rentable o no, pero necesaria de visibilizar.

Aún cuando la Liga MX Femenil es reconocida como una de las más importantes del mundo, promediando poquito más de dos mil asistentes por partido (excepciones en Monterrey, Nuevo León, en donde se han roto incluso récords de asistencia a nivel nacional, de acuerdo a cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad, IMCO en 2022) el futbol practicado por mujeres sigue muy distante de lo que registra el ejecutado por hombres. Sin embargo, el entorno es mucho más cercano al fair play desde muchas de sus aristas.

Llama la atención que las futbolistas intentan apoyar a las compañeras al lesionarse, que fingen menos las faltas, que aceptan de manera honrosa las derrotas y comparten las victorias, en algo que es más complicado de ver en los entornos masculinos, incluso desde las gradas. En el futbol varonil, es cada vez menos recurrente ver a familias integradas también por niños y niñas debido a los focos de violencia en los que suelen convertirse los estadios, sobre todo en partidos denominados como "de alto riesgo". En cambio, en el futbol femenil hay más presencia de menores y de mujeres en las butacas.

Tomando como referente que la Liga MX Femenil alcanzó el interés de 37 millones de personas en aquel 2022 con las mismas cifras del IMCO, la desigualdad sigue siendo evidente, sobre todo en los salarios. Es el propio instituto el que refiere que el salario de las jugadoras alcanza en promedio los 3 mil 500 pesos al mes, cuando su nivel ha crecido notablemente a comparación de los inicios de la liga. Las jugadoras mexicanas son buscadas también por equipos europeos y la capacidad para jugar al futbol sigue siendo sorprendente.

Si bien han sido épocas oscuras a nivel Selección Nacional, tanto femenil como varonil, sin mundiales en categorías inferiores y decepciones en selección mayor, el Tricolor Femenil está plantándose actualmente en la Copa Oro Femenil, demostrándote, en 90 minutos, por qué es que tienes que apoyar el balompié practicado por mujeres.

Las jovencitas que nos representan en el certamen que se realiza en Estados Unidos, han dado buenas actuaciones (quizá contra Argentina pudieron hacer más, pero eso da para otra historia) contra rivales como República Dominicana, Paraguay, Estados Unidos y ahora van ante Brasil.

Diría la coordinadora de proyectos del IMCO, Isabel Madrazo: "La lucha tiene que trascender los 90 minutos de juego para realmente cambiar las oportunidades económicas de las jugadoras, no sólo pensando en las futbolistas del momento, sino en esas niñas que sueñan (o alguna vez soñaron) con dedicarse al futbol". Y eso sólo hablando de brecha salarial. Es necesario ver el futbol femenil precisamente para ello: acortar lo más posible las brechas que hacen que no se alcance aún esta equidad deportiva que se requiere.

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