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Oro, mirra e incienso... ¿Por qué regalaron esto los Reyes Magos?

Cuando el Niño Jesús nació en Belén, Melchor, Gaspar y Baltazar, le llevaron curiosos regalos, sin embargo... ¿qué significado tienen estos obsequios?
  • Por Redacción

"Y cuando Jesús nació en Belén de Judea en los días del rey Herodes, he aquí, unos magos vinieron del oriente a Jerusalén, diciendo: '¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra".

Así es como los relatos religiosos y populares narran la llegada de Melchor, Gaspar y Baltazar a Belén para celebrar el nacimiento del Niño Jesús con tres regalos específicos: oro, incienso y mirra. Los curiosos obsequios siguen siendo motivo de conversación por lo que hoy, aunque falten poquitos días para la llegada de los Reyes Magos a los hogares mexicanos, te contamos el significado de cada uno de ellos.

De acuerdo a las narrativas que explican la llegada de los Reyes Magos a Belén para honrar al Niño Jesús, se indica que Baltazar entregó el oro porque era considerado el más alto obsequio para los monarcas y para los altos dignatarios. El oro, aseguran, sirve para reconocer la realeza y la grandeza de la persona a quien se lo obsequian.

En cuanto al incienso, se relata que fue Gaspar quien lo regaló al Niño Jesús, pues a las divinidades se les rendía culto en los altares quemando incienso, el cual en la biblia, así como en la cultura hebrea y judía, se usaba para ofrecérselo a Dios, siendo considerada entonces como una prueba de la divinidad de Cristo.

Si nos referimos a la mirra, Melchor la ofreciò porque Jesús era hombre y como tal, moriría -se dice que joven, sin embargo, poco se sabía de la edad a la que fallecería- por lo que sería necesaria la mirra para que María pudiera ungir el cuerpo sin vida cuando llegara el momento de la muerte. El uso de la mirra era el "último cuidado" que se les daba a los muertos antes de que fueran sepultados.

Según el Evangelio de San Mateo, se relata que unos magos llegados de oriente, fueron guiados por una estrella para que adorasen al rey de los judíos que acababa de nacer. En los evangelios apócrifos, indican que el término "mago" era interpretado como un sinónimo de "astrólogo", de hombres sabios que pueden, a través de la lectura de estrellas, predecir acontecimientos.

Fue en la Edad Media cuando se les puso nombre a los tres reyes. De acuerdo a nuestros colegas de National Geographic, "los nombres de Melchor, Gaspar y Baltazar, aparecieron por primera vez en un famoso mosaico del siglo VI en Ravena, Italia".

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