Ni pensar en el atole... 'Gentrifican' los tamales vendiéndolos en más de 200 pesos
- Por Redacción
Imagina que vas muy contento con la señora que tiene su puesto de tamales en la esquina de la calle en la colonia en donde vives. Pides un tamal de rajas con quesito porque ese fue el antojo con el que te despertaste muy temprano y a la hora de pagar, la señora te dice: "son 210 pesos, joven". ¿Cómo? Te cuestionas. ¿Cómo es posible que un tamal te cueste 210 pesos?
Así como se hizo viral el tema de llamar al chicharrón en salsa verde como "corteza de cerdo en espejo de salsa esmeralda", así también se difundió en redes sociales un menú en el que el costo de los tamales que se venden en un restaurante, rondan los 210 pesos. Los precios, considerados absurdos, fueron criticados duramente pues saliendo de la burbuja, tienen un costo de entre 20 y 30 pesos, si es que estos últimos son más "gourmet".
"¿Pues qué hacen?", preguntarían las abuelitas al saber del costo. Te damos un poco de contexto. A través de la cuenta de Twitter "Los Whitexicans", se viralizó la imagen del menú de un restaurante en el que venden los tamales a precios que van de los 120 a los 210 pesos. El posteo está acompañado con el siguiente copy: "Ya gentrificaron los tamales".
En el menú, aparecen cuatro tipos de tamales con los siguientes precios:
Cada uno de estos tamales, vienen con especificaciones distintas. El tamal de elote, por ejemplo, se sirve con salsa roja o verde y además se le pone crema; el de quelites va bañado con salsa de tomate; el de hongos está bañado de salsa asada roja, mientras que el de rajas, que es el más costoso, lleva queso panela y está servido como el tradicional tamal oaxaqueño, envuelto en una hoja de plátano. Todas estas especificaciones están escritas en inglés.
Las reacciones a la publicación en Twitter estuvieron llenas de sarcasmo, sin embargo, debemos aclarar primero algo: las cosas, los artículos, no se pueden gentrificar, aunque se entiende el sentido del posteo. La gentrificación es cuando se lleva a cabo un proceso de rehabilitación urbanística y social de una zona urbana deteriorada, que provoca un desplazamiento paulatino de los vecinos del barrio, por otros de nivel social y económico más alto.
Escrito esto, las reacciones hechas a esta publicación fueron con comentarios como estos: "Leyendo esto mientras me como mi guajolota de 25 pesos (cara porque la compré en Polanco)"; "Con 210 pesos comes tamales todo el mes"; "Me muero, con 150 pesos me compro 10 tamales"; "Los mejores tamales que he probado en mi vida no pasan de 20 pesos".
Comentarios