Vacunación empeora; cae entre 2017 y 2023
- Por Redacción
En el último sexenio, la cobertura de vacunación en México empeoró en seis tipos de inmunización que previenen contra siete enfermedades y no mejoró en otras cinco que atacan la prevalencia de siete padecimientos, de un total de 14 vacunas de las que se lleva registro, en un declive que, a decir de especialistas, afectó principalmente a los bebés de entre cero y dos años y cuyas causas obedecen al “descuido” de las autoridades del sector salud.
De acuerdo con informes recientes sobre cobertura de vacunación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y la Adolescencia (Unicef), en México se dio una caída entre 2017 y 2023, en diversos grados, en la aplicación de fármacos preventivos de tuberculosis; difteria, tos ferina y tétanos; poliomielitis, neumococo y virus del papiloma humano.
Para el médico Éctor Jaime Ramírez Barba, secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, la cobertura de vacunación de los menores de dos años está por los suelos; según sus registros, solamente 26 por ciento de las niñas y niños de entre cero y dos años está vacunado, “cuando hace unos años superábamos el 90 por ciento antes de este Gobierno destructor”.
Explicó que si un menor tiene tres dosis o menos, se considera que no está vacunado, ya que para tener protección debe contar con al menos cinco vacunas en sus primeros meses de vida.
El diputado panista aseguró que 575 mil niños no fueron vacunados durante el 2018, pero en 2019 sumaron 2.6 millones, un aumento de 352 por ciento, mientras que en el 2020 se llegó a 3.4 millones de niños no inmunizados.
El informe de cobertura de inmunización de la OMS y la Unicef señaló que el descenso se manifiesta de manera preocupante en la vacuna contra la difteria, tétanos y tos ferina (DTP), cuya primera dosis alcanzó, por ejemplo, 89 por ciento de cobertura en el 2023, cuatro puntos porcentuales menos que en el 2017, cuando registró 93 por ciento de cobertura.
El documento expuso que México ocupa el primer lugar de entre 33 países de América Latina y el Caribe en el número de niños con dosis cero; es decir, aquellos que no han recibido ninguna vacuna.
Otro ejemplo de preocupación es la vacuna contra el sarampión, donde la proporción de niños que recibió la primera dosis se mantuvo sin cambios respecto al 2017, pero la cual disminuyó del 86 por ciento en el 2022 al 76 por ciento en el 2023, dejando a 485 mil niños sin inmunización.
Para Ramírez Barba “pasamos de ser un país ejemplar en vacunación, a uno con desabasto en las instituciones, con los padres buscando desesperadamente vacunas para sus hijos”.
Dijo que el desabasto se debe a la falta de insumos, pero también a que los que existen caducan debido a las malas prácticas que atribuyó a un problema “de corrupción a gran escala”, donde quienes están pagando las malas prácticas son precisamente los ciudadanos en este caso los menores de edad.
Al referirse a este fenómeno, Giorgio Franyuti, director de la organización Medical Impact, comentó a La Razón, que “la causa del desabasto es multidimensional, pero las aristas principales van desde política de austeridad, hasta la inversión en otras áreas donde no se prioriza la salud y mucho menos a las infancias, que es uno de los terrenos más descuidados en esta administración”.
Sostuvo que en el 2023, apenas ocho de cada 10 bebés menores de un año tuvieron el esquema completo de vacunación y sólo 66 por ciento de los mayores de un año recibió todos los biológicos que le correspondía, de acuerdo con datos de Cero Desabasto.
Otro ejemplo de la situación está en la vacuna BCG, aplicada a recién nacidos y que los protege contra la tuberculosis, la cual tuvo una cobertura de apenas 89 por ciento en 2023, lo que registró la mayor baja de los últimos 30 años en este biológico, que había mantenido una cobertura del 100 por ciento en el 2015 y el 2016, por ejemplo.
En el día a día de esta situación, una enfermera de un centro de salud en la alcaldía Gustavo A. Madero de la Ciudad de México, quien optó por conservar el anonimato para no dar pie a represalias laborales, dijo a este diario que “es verdad que hay una escasez en los medicamentos y obviamente también en las vacunas”.
“A veces mandan a la gente por medio de comerciales o información falsa a que se vacunen o vacunen a sus pequeños y muchas veces nosotros no contamos con los insumos para dar el servicio; entonces, la gente se molesta, pero ¿qué hacemos?”, preguntó.
La mujer de 37 años dijo que en los nueve años que lleva como empleada nunca había sido testigo de una falta de insumos tan grande y que va desde una gasa, hasta una vacuna.
Además, señaló que cuando se trata de menores, las mamás normalmente se ponen agresivas, pero los empleados no pueden resolver este tema; incluso, reconoce que la gente ha dejado de ir, pues se fastidia de que los tienen dando vueltas y no hay la vacuna que requieren.
“Algunos padres de familia quizá puedan comprar una vacuna, pero los que no —porque no son baratas—, pues ya van dejando así a sus hijos, porque creen que no les va a pasar nada, pero como ejemplo le doy lo de la vacuna del sarampión, que el año pasado empezaron a subir los casos y es por falta de una medida preventiva, tan simple como la vacuna.
“Aunque también hoy en día han llegado madres que por voluntad no quieren vacunar a sus hijos; dicen que no saben si la vacuna está en buen estado o no; no confían”, aseveró.
Emma Carrasco tiene tres hijos, uno de 14, otro de cinco y el menor de tres años. De los tres, sólo uno tiene su esquema de vacunación completo y afirmó que muchas veces las personas le cuestionan por qué no vacuna a su hijo pequeño.
“No es porque no quiera o sea mala madre, pero yo tengo servicio del IMSS y no encontré ahí dos vacunas desde que nació y a las enfermeras se les hace bien fácil decir: ‘dese la vuelta en tantos días’, pero cuando vas no lo hay”, señaló.
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