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Tomará más de un siglo a mujeres superar brecha salarial con hombres

La participación femenina en el sector económico creció 5% entre 2005 y 2023; Diana sufrió en carne propia ganar menos que sus compañeros; especialista urge el regreso de estancias infantiles
  • Por Redacción

En México sigue pendiente la igualdad salarial entre hombres y mujeres, pues mientras ellas apenas reciben 6 mil 360 pesos mensuales, los varones obtienen una percepción de 9 mil 762 pesos en una misma tarea, lo que se traduce en una brecha de ingresos de 35 por ciento.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, que se celebra este 8 de marzo, las diferencias salariales siguen marcando la desigualdad de género, ya que por cada 100 pesos que gana un hombre en nuestro país, una mujer recibe 65 pesos, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares (ENIGH).

El Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) realizó un estudio con base en datos del Inegi, en el cual es poco alentador el panorama para las mujeres mexicanas, cuya participación en la economía remunerada alcanza 46 por ciento, en tanto que la de los hombres asciende a 77 por ciento.

La participación de las mujeres en el mercado laboral ha cambiado poco entre el 2005 y el 2023, cuando apenas creció cinco puntos, al pasar de 41 a 46 por ciento que. De continuar a ese ritmo, tomará 119 años para que ellas alcancen la tasa de participación económica de los hombres.

Un ejemplo de esta desigualdad económica entre ambos géneros es el de Diana Castillo. La necesidad de obtener un trabajo, un ingreso para apoyar a su familia, la llevó a trabajar en una construcción como ayudante de albañil, donde sufrió tanto desigualdad salarial como acoso laboral y sexual.

La joven de 21 años, con secundaria concluida, comentó a La Razón que la desigualdad en los salarios es un tema añejo e injusto. Criticó que en pleno siglo XXI aún persista esa postura “machista” de que por ser hombre tenga privilegios en todo.

“Yo estuve trabajando en una obra de construcción hace un año. Me di cuenta que ganaba mucho menos que mis demás compañeros, realizábamos las mismas actividades y teníamos los mismos horarios, pero yo por ser mujer me pagaban menos”, explicó.

Tras exponer que su sueldo semanal apenas era de 970 pesos, sin seguridad social y con ocho horas de trabajo, Diana habló con el encargado de la obra para pedir que fuera igualitario el salario, pero “lo único que logré es que me corrieran y no me dieran nada”.

De acuerdo con el Imco, tres de cada 10 mujeres han enfrentado violencia laboral a lo largo de su vida. El tipo de violencia reportado con mayor frecuencia es la discriminación por razones de género, reflejada en tener menos oportunidades que un hombre para ascender o recibir un menor pago que sus pares hombres.

Agregó que el 24 por ciento de las trabajadoras entre 25 y 34 años declaró vivir una situación así. Sin embargo, únicamente ocho por ciento solicitó apoyo o denunció la discriminación. La razón principal para no hacerlo fue por considerarlo algo sin importancia (32 por ciento), seguido del miedo a las consecuencias o amenazas (22 por ciento).

Paulina Gutiérrez, coordinadora de la organización Acción Ciudadana contra la Pobreza, recordó que el Día Internacional de la Mujer inició por las reivindicaciones de un trabajo digno y mejores condiciones laborales, lo cual no ha cambiado.

“Al pasar de los años siguen enfrentando barreras de género para su inclusión económica y tienen una precariedad laboral muy impresionante”, abundó.

Planteó que la solución para erradicar de raíz esta estructura que acabe con la exclusión económica, es establecer un sistema de cuidados. Dijo que el 93 por ciento de las personas excluidas del trabajo remunerado y dedicadas a las labores de cuidado y domésticas son mujeres.

Refirió que hay 20 millones de mujeres que no pueden salir a buscar trabajo porque realizan esas acciones sin ningún tipo de pago. En ese sentido, propuso a las dos candidatas y candidato a la Presidencia asumir el compromiso de regresar las estancias infantiles, las guarderías y las escuelas de tiempo completo que desaparecieron con el actual Gobierno.

“Dicho sistema requiere construir infraestructura suficiente de servicios, entre los que destacan las estancias infantiles, pero también de cuidado para personas con discapacidad, para personas enfermas y para personas adultas mayores”.

“También se debe implementar que la gran mayoría de las escuelas de educación básica sean de tiempo completo o con horario ampliado para los alumnos. Además, el sistema laboral requiere de un cambio de paradigma para transformar las condiciones estructurales que mantienen a las mujeres en exclusión y precariedad”, anotó.

Se estima que en México las labores de cuidado y domésticas no remuneradas tienen un valor económico equivalente a 26 puntos del PIB; las mujeres aportan 73 por ciento del total de ese valor, resaltó la coordinadora de Acción Ciudadana.

Apuntó que incluso las que trabajan afrontan diversas desventajas: casi 70 por ciento tienen un ingreso laboral por debajo del umbral de pobreza; es decir, que lo que obtienen al mes no les alcanza para cubrir el costo de dos canastas básicas (nueve mil 059 pesos).

La brecha por ingreso laboral entre hombres y mujeres es significativa. En promedio, los varones ganan cuatro mil 223 pesos más; esta desproporción es mucho mayor en mujeres con hijos: una mujer con tres hijos gana hasta seis mil 623 pesos menos que los hombres.

Al grito de “ni una más”, “no están muertas, las han asesinado” y “somos malas, podemos ser peores”, miles de mujeres salieron a las calles del país para formar la “marea morada”, con el fin de exigir respeto a sus derechos políticos, sociales y económicos, vivir en un entorno libre de violencia y discriminación.

Vestidas de negro, morado, blanco y verde, las integrantes de colectivos y activistas se sumaron a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, donde lamentaron que aún prevalezcan altos índices de feminicidios, agresiones a ellas y violaciones en México, sin que la justicia llegue y siga la impunidad de los responsables.

En Zacatecas, las actividades comenzaron con una velada para recordar a las víctimas de feminicidios, con el llamado “siluetazo” organizado por el Movimiento Feminista. En la Plaza de Armas se colocaron veladoras, ropa y cartulinas para visibilizar que no son cifras sino personas, quienes han pagado el costo de la violencia de género.

Sin embargo, en imágenes que circularon en redes sociales se pudo apreciar a policías golpear y arrastrar a dos jóvenes que trataron de retirar las vallas colocadas alrededor de los edificios, lo que generó indignación entre los internautas.

En San Luis Potosí tomaron las calles alrededor de cinco mil mujeres para gritar consignas en contra de funcionarios, servidores públicos y periodistas, a quienes denunciaron por acosadores, violentadores, misóginos, y discriminadores, cuyos rostros fueron exhibidos en distintos puntos del Centro Histórico.

Mientras que en la capital michoacana, al menos 10 mil mujeres, en su mayoría con el rostro cubierto, salieron a las calles para conmemorar el 8M. A su vez en Puebla, los colectivos también protestaron por las constantes agresiones contra ellas, sin embargo, frente al Congreso local fueron rociadas con gas pimienta.

Por su parte, feministas radicales realizaron un performance en Toluca, Estado de México, con los pechos descubiertos, el rostro tapado y con pintura roja en su cuerpo simulando estar ensangrentadas; en tanto que en Coatzacoalcos, Veracruz, el grito unánime fue “no están muertas, las han asesinado”.

Encapuchadas prendieron fuego a las vallas que había frente al Palacio de Gobierno de Nuevo León, al finalizar la marcha del 8M, que en el estado concitó a más de 20 mil manifestantes.

También se presentaron marchas y movilizaciones en los estados de Oaxaca, Veracruz, Guerrero, Querétaro, Tlaxcala, Morelos, Chihuahua, Baja California, Querétaro, Yucatán, entre otros.

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