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Timothy Shaddock no pensó “que lo lograría”

Al descender del barco atunero que lo rescató, el australiano agradeció a la tripulación por su apoyo; a pesar de lo que padeció en el océano, asegura que nunca se alejará del mar
  • Por Redacción

“No pensé que lo lograría”, dijo ayer Timothy Lyndsay Shaddock, el náufrago australiano que ayer descendió en territorio mexicano de un barco atunero que lo rescató en el océano Pacífico, donde sobrevivió por tres meses junto a Bella, una perra mexicana que adoptó durante su paso por el país.

El hombre de 54 años, que desde joven mostró interés por la navegación y los deportes acuáticos —lo que lo llevó a hacerse a la mar—, bajó del buque María Delia, propiedad de Grupo Marítimo Industrial (Grupomar), en el Puerto de Manzanillo, Colima.

Una gorra roja aplastaba su amplia cabellera. Con la barba larga, la piel seca y las clavículas y pómulos remarcados, el sobreviviente agradeció públicamente a la tripulación, encabezada por el capitán Óscar Meza Oregón, por salvarlo.

“Me siento mucho mejor de como estaba. Puedo decirles muchas gracias… yo sólo estoy muy agradecido de estar vivo y realmente no pensé que lo lograría”, declaró ante las cámaras de la prensa mexicana e internacional que aguardaban su llegada.

A pesar de la tormenta que averió su catamarán Aloha Toa y que lo llevó a estar a más de dos mil kilómetros lejos de tierra durante tres meses, Tim negó que esto lo vaya a alejar del mar, a pesar de las vicisitudes por las que atravesó.

—¿Sigues amando el océano? —se le preguntó.

—¡Absolutamente! Amo el océano, amo la gente del océano, —respondió.

En cuanto a la perrita mestiza que adoptó en México y que lo acompañó estas semanas, el sobreviviente la describió como “maravillosa… ese perro es más que eso”.

“Ella es el espíritu del país y no me dejaba ir. Traté de encontrarle un hogar unas tres veces y ella continuó siguiéndome. Sólo agradezco que esté viva, ella es mucho más valiente de lo que yo soy”, dijo.

Durante el tiempo que pasó en medio del océano, el hombre sobrevivió a base de agua de lluvia que recolectaba y atún crudo que pescaba.

“Me llevé muchas cosas, buenas provisiones, quiero decir, perdí mi comida en el camino, así que había mucho atún”, contó ante la prensa.

Ahora, el hombre que salió de La Paz, Baja California, rumbo a la Polinesia Francesa en abril, planea regresar a casa para reunirse con sus familiares, para luego volver a las aguas. Aseguró que nunca dejará el mar.

De su historia apenas han sido revelados algunos detalles. Su madre, Jan Shaddock, contó a un medio australiano que él ya había desafiado la muerte años atrás, cuando padeció cáncer de intestino.

Luego de que su localización fuera noticia en todo el mundo, una publicación de la Bond University, casa de estudios ubicada en Queensland, permitió conocer que Shaddok llegó allí desde Sidney, para estudiar negocios y posteriormente tomar cursos en el área de informática.

Su excompañero de universidad, John Massey, lo recordó por también haber compartido tiempo en el equipo de rugby y por haber sido quien ayudó a crear el club de remo para la misma institución académica.

“Recuerdo haber ido a navegar con él en Myall Lakes en Nueva Gales del Sur”, dijo John Massey.

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