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Sequía borra la laguna de Zumpango

Del vaso regulador con capacidad de 100 millones de m3 no queda nada; en 2 años se redujo a pasto seco; Congreso de CDMX vuelve a dejar en vilo tema del agua; Morena y PAN rompen quorum; se pediría declarar emergencia
  • Por Redacción

El panorama de la sequía en México se ha recrudecido. Tan sólo en el último bienio, en la laguna de Zumpango, uno de los vasos reguladores que representaba un vital componente en la recarga de los mantos freáticos de la región norte del Estado de México, no queda una sola gota de agua.

Hasta el 2022, este cuerpo de agua tenía una capacidad para almacenar 100 millones de metros cúbicos de agua en una superficie de tres mil 853 hectáreas, y hoy enfrenta una condición desoladora.

Lanchas que quedaron a medio lago, llantas abandonadas, ropa, basura, lirio seco y un sitio donde ahora nadie entra, es el escenario de lo que fue un embalse de suma importancia para la entidad.

Una patrulla ecológica de Zumpango resguarda la entrada y ahora sólo ve el problema de los perros callejeros que deambulan por el lugar, porque de la laguna ya no hay nada qué proteger.

“Para mí es triste, porque venimos en una ocasión y estaba muy bonita la laguna, había patos y varias cositas, pero ahora vengo y me cae de asombro que el lago ya no está, ya se secó”, dijo Rosa Hernández.

La habitante de la zona mencionó que hace dos años el lago estaba lleno, pero la sequía ha sido un problema para el que ninguna autoridad encontró una respuesta.

La laguna tenía también un perfil como vaso regulador y era el hogar de cientos de aves; sin embargo, desde el 2022 los pobladores alertaron a las autoridades sobre la invasión de lirio acuático, la muerte de peces y la ausencia de aves, por lo que ya no quedan especies de flora y fauna.

Lino López fue al lago hace dos años, como lo hacían muchas familias, y para su sorpresa ya no queda nada del embalse: “Estaba muy bonito, había mucho comercio, lanchas en las que podías visitar todo el sitio y era una zona turística muy visitada. Es lamentable ver cómo el lago se fue secando y ahora ya no queda nada”.

La sequía también afectó al comercio local, pues las ventas bajaron hasta 60 por ciento; Gelasio Vicenteño tiene un puesto de quesadillas en la laguna desde hace 40 años, pero los últimos dos han sido muy difíciles por la baja afluencia de personas.

“Antes estaba muy bonita la laguna y era agua limpia, y estaba en muy buenas condiciones; era un centro turístico. Ahora está muy abandonada y también nos ha afectado económicamente”, explicó.

El vendedor dijo que las autoridades locales les han prometido recuperar el embalse, pero entiende que es difícil porque no sabe de dónde van a sacar el agua para recuperarlo. “Dicen que sí la van a arreglar y poner en orden, pero no sabemos si sí o no; porque estamos conscientes que ¿de dónde van a sacar agua?”, dijo.

Las condiciones del lugar son graves, pues se suman los fuertes olores, producto de la basura que paulatinamente se va acumulando, además de que los habitantes aseguran que puede ser también un problema de inseguridad, dado el abandono en el que se encuentra.

A lo largo de las casi cuatro mil hectáreas de las que se compone, sólo se ve un paisaje seco, con maleza y sin agua, pues el calor va evaporando la poca humedad que queda, aun cuando ni siquiera ha comenzado la época más aguda de estiaje. Los pobladores realizan quemas del pasto o lirio seco, para evitar incendios.

El Valle de México sufre de un fuerte desabasto de agua debido a la falta de lluvias y el poco almacenaje de las presas que lo abastecen, como es el Sistema Cutzamala, que actualmente está en 38 por fue ciento de su capacidad total, mientras que la etapa más crítica del estiaje comienza en marzo.

A pesar de ello, organizaciones civiles aseguran que hay otras fuentes de abastecimiento, como la presa Madín, que tiene buen nivel para abastecer a la ciudadanía.

Luz Félix, integrante de la asociación civil Nacel Arcoíris, aseguró que Madín es la mejor opción para dotar de agua al Valle de México en la crisis que se viene, debido a que cuenta con suficiente líquido para llevar a los municipios de la zona.

“Somos una organización que se dedica a limpiar la presa Madín cada semana y hemos visto que el agua es limpia y opción para la sequía”, comentó.

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