Rosa Icela: GN está donde se requiere y hasta que se requiera
- Por Redacción
En casi tres años al frente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez ha mostrado que apartarse de las intensidades de la confrontación, no implica rehuirle. Es de las funcionarias que, dicen quienes la conocen, sabe estar y resolver. En este tiempo se ha consolidado la idea de que tiene sujeto en sus manos el control de una las carteras más complejas de la administración pública.
“Ser la primera mujer secretaria de Seguridad en México es una gran responsabilidad, pero también queremos estar a la altura de las circunstancias”, señala a La Razón.
Entrevistada en sus oficinas, Rodríguez no podría sino defender la estrategia de seguridad federal, que tiene en la Guardia Nacional y el apoyo de Fuerzas Armadas, dos de sus principales ejes, lo interesante para muchos son los argumentos.
“¿En qué momento deben salir de las tareas de seguridad?”, pregunta en referencia a la participación de las secretarías de Defensa y de Marina. Y ella misma responde: “Cuando ya no se necesiten”.
Con formación de periodista, en la charla aflora crítica de su parte hacia algunas autoridades estatales a las que, señala, “les falta esforzarse más” e incluso da cuenta de que hay investigaciones contra funcionarios que juegan del lado del crimen.
También hay autocrítica cuando señala la necesidad de informar mejor los resultados que se han dado hasta ahora.
Entre sus objetivos está hacer el esfuerzo para pasar de una reducción del 17 por ciento en homicidios dolosos a un 20 por ciento este año y con algunos ajustes incluso a un 25 por ciento el próximo.
También tiene claro que forma parte de un proyecto político que la puede convocar en cualquier momento, ante lo cual aplica, según parece, una especie de máxima: “a donde te diga el proyecto, allá vas a ir a dar”.
¿Tiene solución el problema de la inseguridad? Claro que hay solución para los temas de inseguridad. En todos los países hay esta problemática, pero en México se agudiza en algunas áreas debido al trasiego de drogas, a que somos un país de tránsito hacia Estados Unidos, que, por desgracia, es el principal consumidor del mundo. Yo considero que hemos estado avanzando, pero todavía nos falta y tenemos que poner mayor empeño en las acciones en algunas zonas del país que son graves. En otras vamos bien, va bien el camino. Ha estado bajando por ejemplo la delincuencia en Jalisco. ¿A qué me refiero?, a que hemos tenido importantes detenciones y a que los homicidios van a la baja. En otros lugares como Michoacán también. El año pasado había entre 240 y 250 homicidios, ahorita están en 160. Hemos batallado más con el delito de homicidio doloso en todo el país, pero lo vamos a seguir bajando. Del 2018 a la fecha se ha reducido en 17 por ciento. Pensamos que este año podríamos terminar en alrededor del 20 por ciento. Y con diversas acciones pensamos que el año próximo podríamos estar con 25 por ciento menos. Es el delito más preocupante, el que genera la violencia, el de los enfrentamientos y es el que más resiente la población.
En los demás delitos hemos bajado 44.4 por ciento en robo de vehículo, más de 70.8 por ciento en secuestro, 29.7 por ciento en feminicidio. Y vamos a seguir trabajando en lo relativo al robo de combustible, el huachicol. Ahí estamos en 94 por ciento menos de lo que tenía este delito tan sentido por la población en el 2018. Vamos caminando. Todavía nos falta. Nadie ha dicho que ya no hay delitos en México, pero estamos avanzando.
¿Considera que el trabajo que hacen los estados y las fiscalías de los estados van a la par con el esfuerzo del Gobierno federal? Es muy encomiable el trabajo en la mayoría de los estados y la mayoría de las fiscalías sí trabajan al ritmo del Gobierno federal, pero hay algunas que, no voy a decir nombres, todavía les falta trabajar más, esforzarse más para poder estar, no al nivel del Gobierno federal, sino al nivel de la exigencia de los ciudadanos. Ellos saben quién no le pone la suficiente fuerza e interés. De inmediato se ve la diferencia entre una investigación seria, que tiene rápidamente resultados, que están sobre el asunto, que no lo dejan, y otros lugares donde se les juntan las investigaciones, las carpetas, y no tienen resultados o no piden ayuda como si no pasara nada. Sí vemos quiénes son los fiscales más movidos, los secretarios más movidos que quieren dar resultados y que están comprometidos para que no haya impunidad.
Pensamos que algunos, la mayoría, son trabajadores comprometidos, mujeres y hombres que se desviven por ayudar a las víctimas, por atender las investigaciones y hay algunos que no. Y también algunos, a lo mejor no los titulares de las fiscalías, pero en algunos casos hay hasta investigaciones de elementos que no sólo no están haciendo su trabajo, sino que están del lado de la delincuencia. Por lo mismo no puedo decir en dónde, pero sí se están llevando a cabo investigaciones por parte del Gobierno federal, seguimiento a carpetas que los involucran en delitos. En resumen, no solamente algunos no hacen su trabajo, sino que están del otro lado de la raya.
Sobre las fiscalías que no hacen el trabajo, ¿cuál es el problema? Yo sí tengo una crítica al sistema penal actual. Autonomía e independencia de los fiscales, o de los jueces, no debe ser que no hagan caso de la demanda ciudadana de que no haya impunidad. Nosotros creemos que autonomía e independencia tiene que ser colaboración con el Ejecutivo federal, tiene que ser trabajo conjunto, sentados en la mesa, viendo los problemas, cuáles son las bandas delictivas, dónde están. Que se metan no sólo a ver indicios y pruebas, sino que sean parte de la investigación, eso sería un ideal, no que estén rechazando los jueces dar un seguimiento y una impartición de justicia real. Yo no sé si se pudiera revisar el nuevo sistema penal para saber hasta dónde llega la autonomía. No que dependa del Ejecutivo, yo no planteo eso, pero sí que trabajemos de la mano y también los gobiernos con los tribunales. En algunos estados lo hacen y tienen buenos resultados, como aquí en la Ciudad de México o el Estado de México, donde trabajan de la mano y se sientan ahí los jueces para resolver algún tema de manera conjunta. Sí me parece que tiene que haber una revisión del sistema para trabajar de manera coordinada.
El caso de la CDMX sería uno de los ejemplos de buena coordinación. Sí. En la CDMX la coordinación ha sido inmejorable, con todas las autoridades, con todos los poderes, con el Ejecutivo actual, con el anterior, con el Legislativo y también con el Judicial. Entre ellos se han coordinado bien, y todos se han coordinado con el Ejecutivo federal y con las alcaldías. Ese es un ejemplo de coordinación: mando único en la Policía y hacer investigaciones para detener a responsables y que no haya impunidad. Esto que se hace en la Ciudad de México no es de un año para acá, viene de varios años atrás. Tampoco es sólo de las autoridades, es de una Ciudad de México demandante, exigente y qué bueno que las autoridades estén al nivel de la demanda de los chilangos.
¿Cómo aprecia y cómo convive con el debate político en materia de seguridad?, ¿es excesivo?, ¿es justificado? El dicho de “abrazos y no balazos” se ha prestado para hacer cuestionamientos fuertes. Todos los ciudadanos tienen derecho a opinar sobre la seguridad y la inseguridad, porque hay libertad de expresión en el país y todos tienen que opinar y, sobre todo, demandarnos justicia y seguridad, que ésa es la obligación que tenemos. Pero también creo que a veces vemos reflejadas en las imágenes solamente la imagen del delito y no cuando ya se detiene a los responsables. Por ejemplo, el caso del ciudadano de la India que fue ultimado en el Viaducto. Ahí hubo un delito y es lamentable la pérdida de una vida, pero si bien sucede ese delito, también hubo una rápida respuesta de las autoridades. Sí, que se hable de los delitos, porque es muy necesario para prevenirlos, pero también, cuando se resuelven, que se diga ‘ya se resolvió’, ‘ya se detuvo a la persona responsable de ese delito’. Eso diría. Y a veces no tienen la culpa los medios. A veces la tenemos las autoridades por no informar adecuadamente de que ya se resolvió un delito, que se detuvo al responsable y que ya está tras las rejas. Yo trato de ser crítica con lo que está sucediendo, pero también autocrítica con lo que nosotros hacemos.
Sobre la frase de “abrazos, no balazos”… Las autoridades federales en general, porque voy a hablar por ellas, trabajamos mucho. Y está bien la frase de “abrazos, no balazos”, porque nosotros no queremos una guerra, ni que haya muertos por todos lados, pero sí queremos que tengan un castigo aquellos que hacen sufrir a las víctimas. Por eso yo le agrego a la frase de “abrazos, no balazos” que no significa que estemos cruzados de brazos. Siempre, todos los días, tenemos 20, 30 bandas delictivas (detenidas). Ahora ya no se exhibe, pero yo sí quisiera que mostráramos todas las armas, toda la droga que se detiene. A las personas no, además no lo permite la ley, pero sí las drogas y armas que se aseguran en muchas zonas del país, fundamentalmente en las zonas donde hay más violencia. Esa parte yo opinaría que lo debería hacer más seguido el Gobierno federal. Porque sí hay resultados: se ha llevado a penales o ante juez a más de 76 mil 638 delincuentes en esta administración de los cuales alrededor de 3 mil 738 son objetivos muy prioritarios del Gobierno federal y los estatales.
¿El escenario actual es este conjunto de bandas dispersas y un par de fuertes cárteles o ha variado? Es así. Es el mismo que heredamos. No nacieron en esta administración. Hay lugares en donde está muy imbricado el crimen con algunos integrantes de las poblaciones. Eso hace a veces más complicadas las detenciones, pero estamos deteniendo. Vamos por ellos. A veces nos tardamos o a veces es más rápido, pero estamos yendo por ellos a sus territorios y nos los llevamos siempre que estén justificadas plenamente esas detenciones, no es detener para investigar, investigamos y luego detenemos.
¿Hay alguna estrategia para buscar a las cabezas de estos dos grandes cárteles? Hay una diferencia sustancial con otros gobiernos. No es una Secretaría ni otras secretarías las que se dedican a hacer una investigación o seguimiento del crimen en México. Es un colectivo, un gabinete: Marina, Defensa, la Secretaría, la Guardia Nacional, el CNI… estamos en conjunto y vemos en qué ayudamos al otro, cómo nos apoyamos. Es una buena coordinación entre nosotros para las investigaciones contra el crimen organizado. Estados Unidos ha estado viendo el trabajo. Tenemos en lo que va de la administración 1,941 laboratorios destruidos al crimen organizado, de metanfetamina básicamente y algunos de fentanilo. Son como 1.7 billones de pesos lo que se ha afectado al crimen organizado y vamos a seguir quitándoles armas, drogas, precursores y haciendo no sólo incautaciones, sino detenciones de objetivos prioritarios generadores de violencia en México.
Sobre el tema de autoridades de EU, ¿qué tanto valor le confiere a las declaraciones de la jefa de la DEA de que en torno a estos cárteles trabajan 45 mil personas en más de 100 países? Sí, pero a ver, ¿por qué no los detienen en Estados Unidos? Si hay ese número y saben quiénes son deberían ir por ellos, por lo menos en su país. Yo no digo que haya invasiones a otros lados, pero si la DEA dice que existe ese número que por lo menos en EU los detengan. Nosotros no hacemos avisos a la delincuencia, detenemos a los delincuentes.
La titular de la SSPC recién se reunió con legisladores de Morena a quienes planteó la necesidad de que se mantenga y amplíe la coordinación entre autoridades federales y locales; además, que apoyen en la atención de delitos que, afirma, “le duelen a la gente”, como la extorsión, el cobro de piso”.
Asegura que les pidió ayuda para tipificar este ilícito como grave “porque la policía y las fuerzas de seguridad detienen a quienes cometen ese delito y salen libres”.
También les propuso revisar y tratar de unificar el tipo penal del delito de feminicidio, porque prácticamente cada entidad tiene el suyo.
Sobre la Guardia Nacional planteó a los diputados que pase el control de ésta al Ejército (como parte de una iniciativa que se enviará), pero hay un debate vivo sobre la prevalencia del Ejército en la lucha contra la inseguridad. Es necesario que haya participación de la Defensa y de la Marina en actividades de seguridad pública, siempre lo habían hecho, pero hoy en día tienen un permiso del Congreso para hacerlo. Yo lo que digo es: ¿En qué momento debe salir de las labores de seguridad? Cuando ya no se necesiten. ¿Cómo van a salirse de un lugar donde se sabe de la necesidad de su trabajo, de su labor? Nosotros no creemos que esto se deba hacer de manera unilateral, de me salgo y ya. Lo que se tiene que hacer es consultar con el gobernador, consultar con el presidente municipal: ‘¿Sientes que tu Secretaría de Seguridad, que tus policías, ya pueden (trabajar) en este lugar y que yo me salga? Si sí, pues ya vámonos. La GN está donde se le necesita. Donde hay más delitos ahí va. Está donde se requiere y hasta que se requiera. Ahorita tiene el permiso legal hasta 2028, pero a ver qué dicen los gobernadores, los encargados de la seguridad pública en cada una de las entidades. Se puede tomar esa decisión siempre y cuando lo digan los gobiernos de los estados y los indicadores delictivos y de violencia. Si hay crimen organizado no debe salir de ese lugar. Su participación además ha sido muy útil. Si no, no se hubiera podido lograr toda la baja de los índices delictivos. Imagínese: bajar el huachicol en 94 por ciento y tener un ahorro de 281 mil mdp. Si no hubiera sido así no habría dinero para obras. Es un ejemplo de cómo sirve la presencia de las Fuerzas Armadas.
Estamos en la recta final del sexenio, ¿cuáles son los retos que ve en este cierre y cuáles serían sus sugerencias al próximo presidente o presidenta? Lo que más deseamos en este año político, desde diciembre hasta junio del año próximo, es que haya paz y tranquilidad en el país. Ésa es la responsabilidad que nosotros tenemos, y de la cual el Presidente nunca ha abdicado, en conjunto con los gobiernos de los estados. La otra es que los partidos y que todo mundo decida, que todo mundo participe y que sean los ciudadanos los que califiquen quién debe o no gobernar, hombre, mujer, joven, adulto, adulta. La democracia, la justicia, son retos en nuestro país, entonces vamos a consolidar ese camino de un país democrático, justo. Nosotros creemos que las cosas van para bien. La cuestión económica va hacia adelante, el peso, el salario mínimo, importaciones, exportaciones… Entonces ¿qué nos falta?, terminar el ciclo de cumplir con la seguridad, porque si hay seguridad hay inversión, si hay inversión hay empleo y si hay empleo hay una bonanza.
Usted es una figura política. En algún momento decidió seguir en el gabinete y no participar por un puesto específico de elección popular. ¿Cómo se ve en el futuro?, ¿cuál es su plan? Nosotros somos parte de un proyecto que hoy representa el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Y lo que el proyecto te diga allá vas a ir a dar. Nosotros estamos a la expectativa y preparados y pendientes de cualquier cosa que el proyecto necesite. Si el proyecto te dice: ‘vete a volantear’, te vas a volantear. Tiene uno que actuar con mucha humildad, no decir que uno lo sabe todo, no. Uno es sustituible en cualquier momento. Lo importante es que el proyecto del licenciado López Obrador se fortalezca y siga. Uno tiene que ser humilde de verdad y saber que si lo necesita alguien acá en el proyecto uno va. Si es arriba, si es abajo o si le dicen a uno ‘ya no te necesito, vete a tu casa’, pues también.
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